Samsung Galaxy Z TriFold: cuánto podría costar el plegable triple en cada mercado

El Samsung Galaxy Z TriFold ya es oficial y, como era de esperar, lo primero que quiere saber todo el mundo no son sus especificaciones, sino cuánto habrá que pagar por este plegable de tres paneles. Samsung, de momento, solo ha puesto cifras sobre la mesa para Corea del Sur, pero esos datos son suficientes para hacerse una idea bastante clara de lo que podría costar en otros mercados importantes.

En su país de origen, el Galaxy Z TriFold llega en una única versión Crafted Black con 16 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento interno. El precio recomendado es de 3.594.000 won, que al cambio actual ronda los 2.108 euros, 2.450 dólares, 1.850 libras esterlinas o unas 220.140 rupias indias. Sobre el papel suena casi prohibitivo, pero las conversiones directas rara vez coinciden con lo que acaba apareciendo en las tiendas: hay que sumar impuestos locales, aranceles, costes logísticos y, sobre todo, la estrategia de posicionamiento de la propia Samsung en cada región.

Para aterrizar mejor la estimación conviene mirar a una familia que ya conocemos bien: la serie Galaxy Z Fold. La compañía ha sido bastante consistente con los precios de estos plegables a lo largo de las generaciones, así que el Galaxy Z Fold7 es una referencia útil. El modelo equivalente, con 12 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento, salió en Corea por 2.537.700 won. Traducido a porcentajes, el TriFold se coloca aproximadamente un 30 % por encima de ese valor en el mercado local.

Si Samsung mantiene ese recargo de alrededor del 30 % cuando fije los precios internacionales, podemos proyectar una horquilla bastante razonable para el Galaxy Z TriFold en Estados Unidos, Reino Unido, Europa e India. Tomando los precios de lanzamiento del Fold7 en cada zona y aplicando esa prima, salen cifras que, aunque asustan, encajan con la idea de un dispositivo experimental pensado como escaparate tecnológico más que como superventas masivo.

No son precios oficiales y seguramente se redondearán hacia arriba o hacia abajo para encajar en las típicas barreras psicológicas, pero es muy probable que el rango se mueva cerca de esas cantidades. Eso situaría al Galaxy Z TriFold entre los móviles más caros que se hayan vendido de forma generalista, incluso dentro del exclusivo club de los plegables, y lo consolidaría como un dispositivo halo: un modelo diseñado para marcar tendencia y arrastrar imagen de marca, no para dominar las listas de ventas.

Con una cifra así, la discusión sobre la relación calidad-precio llega sola. Muchos usuarios ya critican que Samsung, según las filtraciones, podría recurrir a un chipset de la generación anterior y a un sistema de cámaras reciclado de otros buques insignia recientes. Para ese perfil, un teléfono que se acerca o supera los 2.500 dólares debería ofrecer lo máximo en potencia bruta y fotografía móvil, sin concesiones.

Pero hay otra forma de mirar al TriFold: como una demostración de ingeniería más que como una simple suma de componentes. Diseñar un cuerpo que se pliegue en dos puntos, alinee tres pantallas, resista miles de aperturas y cierres al año y aun así mantenga un grosor y un peso razonables es un desafío enorme. Los años de investigación, prototipos, pruebas de bisagra y adaptación del software a este formato tan peculiar no son gratis; todo eso termina reflejándose en el precio final.

En última instancia, la respuesta a si el Galaxy Z TriFold merece lo que probablemente costará depende de qué busca cada usuario. Quien prioriza especificaciones clásicas – procesador más nuevo, cámaras de referencia, mejor cifra por euro invertido – quizá esté más cómodo con un flagship tradicional o con el propio Galaxy Z Fold7. En cambio, para los early adopters que disfrutan estrenando formatos y enseñando un teléfono que casi nadie más tiene, este plegable triple puede convertirse en el objeto de deseo del año.

Hasta que Samsung anuncie los precios oficiales para cada región, todas estas cifras siguen siendo estimaciones, aunque bien fundamentadas. Aun así, sirven para hacerse una idea: si el presupuesto encaja, el Galaxy Z TriFold promete una de las experiencias más llamativas del mercado móvil; si no, quizá la jugada inteligente sea esperar a la segunda o tercera generación, cuando la tecnología madure y, con algo de suerte, el precio baje a un nivel menos doloroso para el bolsillo.