Cinco años después de su lanzamiento en noviembre de 2020, PlayStation 5 ha dejado de ser la nueva consola para convertirse en el centro del salón de millones de jugadores. Según los últimos datos compartidos por el analista de Circana Mat Piscatella, la máquina de Sony ya es la segunda consola PlayStation que más rápido se ha vendido en la historia de Estados Unidos. 
Solo la mítica PlayStation 2 fue capaz de colocar más unidades en el mismo tramo de tiempo, lo que dice mucho del momento que vive la marca en plena era de móviles, streaming y juegos free to play.
Piscatella, que suele publicar comparativas muy completas de hardware y software, ya celebró en septiembre el trigésimo aniversario de la primera PlayStation con varios gráficos sobre los juegos más vendidos. Ahora ha repetido el ejercicio con la PS5 en su quinto cumpleaños, y el dibujo que dejan las cifras es bastante claro: las grandes sagas de siempre siguen mandando, por encima del ruido de las redes sociales y de las promesas de los servicios de suscripción.
En la lista de juegos más vendidos de PS5 en Estados Unidos, Call of Duty aparece tres veces dentro del top cinco. Es decir, varias entregas distintas de la misma franquicia se han colado entre los títulos más exitosos de la consola en apenas medio ciclo de generación. Cada año se habla de agotamiento de la fórmula, de shooters que ya no sorprenden y de que esta vez la gente se bajará del tren, pero los gráficos de ventas, una vez más, cuentan otra historia.
El resto del top diez es igual de previsible, y precisamente por eso resulta tan revelador. Tres de los juegos son deportes anuales: fútbol, baloncesto y compañía, lanzados puntualmente con plantillas actualizadas, nuevos modos en línea y esa sensación de una temporada más y lo dejo que todos conocemos. Puede que no sean los reyes del debate en redes, pero cuando se mira la caja registradora, siempre están ahí, año tras año, funcionando como el fondo estable del negocio.
Las otras grandes estrellas del ranking llevan el sello de PlayStation Studios. Tres de los superventas de PS5 son exclusivos de la casa, y dentro de ellos brilla con luz propia Insomniac Games. Dos de esos tres títulos first party son suyos, algo que no deja de ser la consecuencia lógica de su ritmo de trabajo: mientras otros equipos se centraban en remasterizaciones y remakes, Insomniac ha sido de los pocos estudios capaces de sacar varios juegos grandes pensados desde cero para PS5, mostrando efectos gráficos, carga rápida y escala que solo se ven en la nueva generación.
En paralelo, el gran rival de Sony, Xbox Series X y S, sigue sin encontrar un relato tan nítido. Bajo la batuta de Phil Spencer, Microsoft ha puesto el foco en Game Pass, la nube y el ecosistema, hasta el punto de que la propia consola a veces parece un elemento más y no el protagonista. Entre los jugadores se ha instalado la broma de que, con un competidor tan difuso, a la PS5 casi le regalan el primer puesto. Es una simplificación, pero refleja una sensación real: la propuesta de PlayStation está más clara, y se comunica mejor.
Si se compara con la era PS2, el logro de la PS5 se vuelve todavía más evidente. La consola de principios de los dos mil fue al mismo tiempo reproductor de DVD barato, centro multimedia y máquina de juegos en un mercado mucho menos saturado. Hoy, cualquier lanzamiento compite con redes sociales, plataformas de vídeo, el móvil y decenas de juegos gratuitos. Que la PS5 pueda acercarse al ritmo de una bestia como la PS2 en un entorno tan fragmentado es una muestra de fuerza que pocas marcas pueden exhibir.
Y lo más importante: la generación aún no ha terminado. Una versión más compacta de la consola ya está en las tiendas, Sony experimenta cada vez más con juego en la nube y los PlayStation Studios preparan nuevos bombazos que todavía no han enseñado del todo. Si Call of Duty sigue dominando, los deportes mantienen a su base fiel y los exclusivos first party continúan marcando el calendario, el hueco entre PS5 y PS2 podría recortarse todavía más. Que llegue a superar a la reina absoluta es otra historia, pero seguir la evolución de aquí al final de la generación va a ser casi tan entretenido como jugar en la propia consola.