Aunque DirectX 12 Work Graphs promete mejorar el rendimiento y la escalabilidad en sistemas complejos como la generación procedural, los efectos de partículas y la lógica de inteligencia artificial, es poco probable que esta tecnología se adopte masivamente en la PlayStation 6 o la próxima Xbox, al menos durante la fase inicial entre generaciones.
Según el conocido filtrador de AMD Kepler L2 en los foros de NeoGAF, tanto el hardware como las APIs estarán listos, pero los motores y herramientas actuales no están preparados para este tipo de programación gráfica.
Para que los desarrolladores aprovechen de verdad esta tecnología, tendrían que rehacer buena parte de sus procesos internos, algo complicado cuando los estudios ya lidian con presupuestos gigantescos y plazos ajustados. Por eso, es probable que pase un tiempo antes de ver mejoras reales y notorias en consola que vayan más allá de lo que ya ofrece el PC.
Además, los saltos visuales entre generaciones de consolas son cada vez más pequeños. Como dicen por ahí, “hay que sacar la lupa para notar las diferencias”. Y si encima los estudios tienen que seguir dando soporte a las consolas viejas, es lógico que todo avance más lento.
Mientras Microsoft guarda silencio sobre su próxima Xbox, los rumores sobre la PS6 son más jugosos. Se habla de dos versiones: una de sobremesa y otra portátil que, supuestamente, sería más potente que la Xbox Series S. Incluso se dice que podrá ejecutar juegos de PS5 de forma nativa, aunque el rendimiento dependerá de si los desarrolladores la optimizan bien.
En definitiva, el éxito no lo determinará solo el hardware. Lo que realmente importa son los juegos, el ecosistema y las experiencias que ofrezcan. Puedes tener la consola más potente del mundo, pero sin títulos que la aprovechen, no sirve de mucho.