Ryan Reynolds por fin lo admitió: fue él quien filtró el famoso metraje de prueba de Deadpool en 2014. Durante el Festival Internacional de Cine de Toronto, el actor reconoció que tomó una decisión arriesgada que en su momento parecía un error, pero que acabó cambiando para siempre su carrera y el futuro del antihéroe más irreverente de Marvel.
El material había sido grabado en 2012 por el director Tim Miller y mostraba a Deadpool tal como los fans lo imaginaban: sarcástico, violento y rompiendo la cuarta pared a cada rato. 
El video estuvo guardado durante años hasta que apareció en internet en 2014, provocando un auténtico terremoto entre los seguidores. La reacción fue tan grande que en apenas 24 horas 20th Century Fox tuvo que dar luz verde al proyecto, algo que llevaba años frenando.
“Sí, hice trampa un poco, pero sabía que a la gente le iba a gustar. Amaba demasiado al personaje como para dejarlo morir en un cajón. Hice lo incorrecto, pero resultó ser lo correcto”, confesó Reynolds.
Conviene recordar que hasta entonces el camino del actor en el género había sido complicado. Su primera versión de Wade Wilson en X-Men Orígenes: Wolverine (2009) fue destrozada por la crítica, y Linterna Verde (2011) terminó siendo un fracaso absoluto. Para los ejecutivos, Deadpool era un personaje secundario, con poco atractivo comercial. Pero la filtración cambió esa percepción: el público estaba preparado para una propuesta adulta, con clasificación R, lejos de la fórmula “para toda la familia”.
El tiempo le dio la razón. En 2016, Deadpool recaudó cerca de 800 millones de dólares en taquilla, marcando un antes y un después para los superhéroes clasificados R. En 2018, Deadpool 2 repitió el éxito, y en 2024, Deadpool & Wolverine superó los 1.300 millones de dólares, convirtiéndose en la película con clasificación R más taquillera de la historia e integrando al personaje oficialmente en el Universo Cinematográfico de Marvel.
Reynolds explicó que siempre sintió una obsesión por el antihéroe: “Deadpool sabía que estaba en un cómic, esa meta-ironía era distinta y nueva. Por eso no podía dejarlo ir.” Aunque también admitió que dudó mucho tras el leak: “Me miré al espejo y pensé: ‘¿qué has hecho? Esto puede hundir tu carrera’. Pero los fans lo transformaron en algo imparable.”
La jugada pudo salirle muy mal. En aquel entonces, Reynolds era visto sobre todo como un actor de comedias románticas, y un movimiento así podía costarle el futuro en Hollywood. Sin embargo, la apuesta le salió perfecta. Al romper las reglas, se alineó con la esencia del propio Deadpool: el rebelde que no se somete a nada ni a nadie.
Hoy en día, la gran pregunta es qué viene después. Los rumores indican que Deadpool aparecerá en Vengadores: Juicio Final, aunque no como miembro oficial del equipo. Mientras tanto, Marvel Studios parece más interesada en desarrollar un nuevo proyecto de X-Men y Pantera Negra 3, dejando Deadpool 4 en suspenso. Reynolds ha dejado caer que le gustaría un crossover con varios mutantes, en el que otros personajes lleven el peso de la trama mientras Deadpool sigue siendo el comodín impredecible. Según él, si se uniera a un equipo de forma definitiva, el personaje “estaría acabado”.
La filtración de 2014 no fue solo un acto rebelde: fue un punto de inflexión en el cine de superhéroes. Demostró que hay espacio para historias más crudas y adultas, como también se vio en Logan, y que el poder de los fans en internet puede obligar a los estudios a cambiar de rumbo. Sin ese movimiento, Deadpool nunca habría llegado a lo que es hoy.
Mirando atrás, queda claro que el riesgo de Reynolds se convirtió en una lección para Hollywood: a veces, la única manera de cambiar el juego es romper las reglas. Y en este caso, esa jugada convirtió a Deadpool en un fenómeno mundial y a Ryan Reynolds en el gran ganador de su propia apuesta.