Samsung DeX siempre ha sido una de las apuestas más interesantes de la marca: convertir tu teléfono en una especie de computadora portátil o de escritorio. Pero con la llegada de Android 16 y One UI 8, esa experiencia cambió por completo, y no todos están contentos. Samsung decidió rediseñar DeX desde cero para hacerlo compatible con el nuevo Android Desktop Mode de Google.
Suena bien para el futuro, pero a corto plazo muchos usuarios sienten que perdieron más de lo que ganaron.
Hasta hace poco, DeX era una joya. En dispositivos como el Galaxy Z Fold 6, ofrecía una experiencia casi idéntica a la de un ordenador real: ventanas flotantes, atajos de teclado, multitarea fluida y un rendimiento estable. Pero tras actualizar a Android 16, el nuevo DeX se siente incompleto. Algunas funciones básicas desaparecieron y otras simplemente no funcionan como antes. Es un retroceso temporal, pero se nota.
Desde el punto de vista técnico, la decisión de Samsung tiene lógica. En lugar de mantener un código totalmente separado, ahora puede construir DeX sobre la base del sistema de Google, lo que facilitará actualizaciones y mejoras futuras. En teoría, eso significa más estabilidad y compatibilidad con diferentes dispositivos. En la práctica, sin embargo, el resultado actual se percibe como un experimento a medio terminar.
Los problemas del nuevo DeX
El mayor dolor de cabeza hoy es que el nuevo DeX no recuerda el tamaño ni la posición de las ventanas. Cada vez que abres una app, aparece como una ventanita en el centro de la pantalla, lo cual es molesto y rompe el flujo de trabajo. Además, hay errores de escalado en monitores de alta resolución. En pantallas 3K o 4K, los menús y las barras de tareas se ven diminutos, mientras que las apps se ajustan bien. Es un detalle que demuestra que el sistema aún no está del todo optimizado para pantallas externas de gama alta.
Probé el nuevo DeX con un monitor UPerfect UColor O2, un OLED de 16 pulgadas con resolución 3K, formato 16:10 y una frecuencia de 120 Hz. La calidad de imagen es espectacular, pero los elementos del sistema se ven ridículamente pequeños. Es frustrante porque la experiencia visual es impresionante, pero la interfaz parece diseñada para una lupa. Samsung probablemente lo solucionará pronto, pero por ahora es una molestia real para quienes usan DeX de forma seria.
Lo que sí mejora
No todo es negativo. El nuevo DeX reconoce más resoluciones y relaciones de aspecto que antes, algo que muchos esperaban desde hace años. Ahora funciona mejor con monitores portátiles, ultrapanorámicos y configuraciones poco comunes. Es un avance claro hacia un entorno más universal, donde cualquier teléfono Android pueda ofrecer una experiencia de escritorio completa.
Sin embargo, persiste una limitación que nadie entiende: el bloqueo a 60 Hz. Aunque los Galaxy modernos y la mayoría de los monitores admiten 120 Hz, DeX sigue limitado a 60. En 2025, eso ya se siente anticuado. La fluidez de movimiento es clave para una experiencia de escritorio agradable, y Samsung debería priorizar ese cambio.
Usar DeX en el día a día
Pese a los fallos, DeX sigue siendo una herramienta impresionante. He trabajado durante semanas solo con mi Galaxy Fold 6 en modo DeX: escribiendo, navegando, editando, viendo videos. Para quienes trabajan principalmente en el navegador o en la nube, es perfectamente viable. Con un teclado y un ratón conectados, uno se olvida fácilmente de que todo está corriendo desde un teléfono.
Por supuesto, quienes dependen de software especializado de Windows o macOS todavía necesitarán un ordenador real. Pero para estudiantes, viajeros o profesionales que priorizan la movilidad, DeX es liberador. Con una base como la UPerfect UDock X 15.6 Pro, el teléfono se convierte en un portátil completo. En mi caso, podía reproducir una película en la TV y seguir trabajando en el monitor al mismo tiempo. Esa flexibilidad es lo que hace que DeX siga siendo tan especial.
Un futuro prometedor
Todo indica que Samsung y Google comparten una visión común: un ecosistema Android donde cualquier móvil pueda transformarse en un entorno de escritorio. Cuando el Android Desktop Mode de Google se implemente oficialmente, veremos más apps adaptadas, más accesorios compatibles y una experiencia mucho más coherente. Sí, el presente es caótico, pero el futuro pinta brillante.
Los fanáticos del viejo DeX tendrán que tener paciencia. Samsung suele responder rápido al feedback, y no hay duda de que está trabajando para pulir esta versión. Si lo consigue, el nuevo DeX podría no solo recuperar el nivel anterior, sino superarlo. Imaginar un mundo donde tu teléfono sea tu única computadora ya no parece ciencia ficción: solo falta que Samsung ajuste los detalles.
Aunque imperfecto, DeX sigue siendo una de las ideas más visionarias de la era móvil. Y con cada actualización, se acerca más a su objetivo final: convertir el smartphone en el verdadero centro de productividad.