Samsung ya tiene en el mercado su nuevo Galaxy S25 FE, y esta vez la compañía coreana no se ha limitado a un simple lavado de cara. Presentado oficialmente el 4 de septiembre de 2025 y disponible desde hoy, el modelo Fan Edition llega con un diseño más delgado, batería más grande y un compromiso de siete años de actualizaciones que lo convierten en un candidato fuerte dentro de la gama media-premium.
Con un precio de lanzamiento de 649 dólares, el S25 FE se ubica estratégicamente entre la gama media tradicional y los buques insignia de la marca.
Lo primero que se nota es el diseño mucho más refinado: apenas 7,4 mm de grosor y 190 gramos de peso, lo que se traduce en un dispositivo más ligero y cómodo en mano. Samsung ha apostado por un marco de Armor Aluminum y protección Gorilla Glass Victus Plus en ambos lados, lo que refuerza la sensación de calidad y resistencia. El aspecto general recuerda bastante a la serie Galaxy S25 estándar, lo que acerca aún más a la línea FE al universo premium.
En la parte frontal encontramos una pantalla AMOLED de 6,7 pulgadas con refresco de 120 Hz, que asegura desplazamientos fluidos y gran nitidez en juegos y videos. Con un brillo máximo de 1.900 nits, el panel es perfectamente visible incluso bajo la luz directa del sol. Los biseles más finos terminan de darle un look moderno y casi sin bordes.
Uno de los cambios más llamativos es la batería. Pese a ser más delgado, el S25 FE integra una celda de 4.900 mAh, la mayor capacidad en un modelo Fan Edition hasta la fecha. Además, soporta carga rápida de 45 W, lo que lo pone a la altura de los Galaxy de gama alta en este apartado. Esto significa que los usuarios pueden esperar un día completo de autonomía sin problema y una recarga rápida cuando sea necesario.
El corazón del dispositivo es el chip Exynos 2400, acompañado de 8 GB de RAM y opciones de almacenamiento de 128 o 256 GB. Para algunos, los 8 GB pueden quedarse cortos en 2025, pero en la práctica el rendimiento será suficiente para multitarea, redes sociales y juegos. La cámara frontal ahora es de 12 MP, mejorando selfies y videollamadas. El software es Android 16 con One UI 8 de serie. Y la gran promesa: siete años de actualizaciones de sistema y seguridad, un compromiso poco común en Android y un valor agregado enorme para quienes buscan usar el mismo móvil a largo plazo.
En resumen, el Galaxy S25 FE ya no es un “flagship barato”, sino un auténtico híbrido que combina diseño premium, pantalla de calidad, gran batería y soporte prolongado a un precio mucho más accesible que los modelos tope de gama. Samsung deja claro que quiere redefinir la gama media, y con este FE logra poner el listón mucho más alto para sus rivales.