La próxima generación de gama alta de Samsung, la familia Galaxy S26, todavía no tiene fecha de presentación oficial, pero los primeros rumores ya dejan claro por dónde irá una de las grandes novedades: la carga. 
Más allá de cámaras y procesadores, todo apunta a que la marca quiere dar un salto serio en carga inalámbrica, y para ello estaría preparando no solo nuevos móviles, sino también un cargador exclusivo pensado para exprimir al máximo esas velocidades.
Hasta ahora, las bases oficiales de Samsung compatibles con Qi2 se quedan en 15 W de potencia, suficiente para una carga lenta de sobremesa, pero justa frente a lo que ofrecen varios fabricantes chinos. El nuevo cargador, identificado con la referencia EP-P2900, subiría el listón hasta los 25 W de carga inalámbrica. Sobre el papel pueden parecer solo 10 W extra, pero en el día a día eso se traduce en menos minutos esperando cada vez que dejas el móvil un rato sobre la base, ya sea mientras trabajas, ves una serie o te vas a dormir.
Los datos filtrados desde comercios hablan de una base en color gris oscuro, de diseño discreto, pensada para convertirse en la estación de carga central del ecosistema Galaxy. No se limitaría a los futuros Galaxy S26, sino que también sería compatible con modelos actuales de las series Galaxy S y Galaxy Z, incluidos los plegables, además de los auriculares Galaxy Buds. En la práctica, un solo cable a la pared y un único punto de apoyo en la mesa bastarían para alimentar varios dispositivos sin convertir el escritorio en un nudo de cables.
En cuanto a los propios teléfonos, el Galaxy S26 Ultra sería el principal beneficiado de esta subida de potencia. Los rumores señalan que el modelo estrella podrá aprovechar los 25 W completos de carga inalámbrica, mientras que el Galaxy S26 y el Galaxy S26+ se quedarían en unos más modestos, pero igualmente interesantes, 20 W. Con este salto, la carga inalámbrica deja de ser algo que se usa solo por comodidad y empieza a competir de verdad con el cable en muchas situaciones cotidianas.
Por el lado de la carga por cable también se esperan cambios importantes. El Galaxy S26 Ultra suena con fuerza como candidato a estrenar una carga de hasta 60 W, lo que lo colocaría como el Galaxy más rápido en recargar la batería dentro de la línea principal. El Galaxy S26 estándar seguiría en 25 W, mientras que el Galaxy S26+ se colocaría en un punto intermedio con hasta 45 W. Esta escalera de potencias encaja con la estrategia de Samsung: quien paga por el modelo más caro no solo obtiene mejor cámara y más almacenamiento, sino también menos tiempo enchufado a la pared.
La otra cara de la moneda es el cuidado de la batería. Cuanta más potencia, más fácil es que surjan preocupaciones sobre el calor y la degradación a largo plazo. Ahí es donde entran en juego el software y los algoritmos de gestión de energía. Se espera que Samsung apueste por perfiles de carga inteligentes, con velocidades reducidas durante la noche, límites temporales a la máxima potencia y ajustes automáticos según la temperatura del dispositivo y los hábitos del usuario. Si la marca consigue equilibrar bien esas piezas, la experiencia con la serie Galaxy S26 puede ser mucho más relajada: cortas pausas sobre la base EP-P2900 o unos minutos de cable al salir de casa bastarán para llegar holgado al final del día.