La próxima gran versión de la capa de Samsung todavía no ha sido presentada en un escenario, pero su firmware ya ha empezado a hablar. Al analizar en detalle la One UI 8.5, varios desarrolladores han encontrado ilustraciones internas que muestran al completo la familia Galaxy S26: el Galaxy S26, el Galaxy S26+ y el Galaxy S26 Ultra. 
Son imágenes pensadas para menús y ajustes del sistema, no para anuncios, pero en la práctica funcionan como un adelanto casi oficial del diseño de los buques insignia que deberían llegar a comienzos del año que viene.
En el código, los teléfonos aparecen bajo los nombres en clave M1, M2 y M3. No se trata de renders espectaculares, sino de recursos gráficos funcionales, aunque encajan casi al milímetro con las filtraciones anteriores. Todo apunta a que Samsung ha decidido consolidar el lenguaje visual estrenado con la serie Galaxy S21 y refinado generación tras generación: líneas limpias, trasera sobria y el protagonismo absoluto para el módulo de cámaras.
Las imágenes muestran una única isla ovalada de cámaras, situada en la esquina superior izquierda. En el Galaxy S26 y el S26+ alberga tres sensores, mientras que el Galaxy S26 Ultra consigue encajar cuatro cámaras sin alterar la forma básica del módulo. También parecen confirmarse los rumores sobre un radio de curvatura muy similar en los tres modelos: vistos de perfil, los marcos se confunden fácilmente. Es un diseño minimalista y ordenado, pero para muchos usuarios también bastante conservador, más pulido que rompedor.
Esa sensación ya se nota en los comentarios de la comunidad. Hay quien dice que el Ultra parece cada vez más un primo Android de los Sony Xperia 1: alto, rectangular, muy serio, casi un ladrillito premium. Otros restan importancia al tema estético con un argumento simple: el móvil pasa toda su vida en una funda gruesa, así que la trasera se ve dos veces contadas. Para ese grupo, el debate interesante no es la forma de la isla de cámaras, sino lo que no se ve en los renders: batería, velocidad de carga y sensores realmente nuevos.
En el apartado técnico, las pistas apuntan a una estrategia regional ya conocida. Todo indica que el Galaxy S26 y el S26+ se venderán en algunos mercados con el chip Exynos 2600 de Samsung, mientras que otros países recibirán variantes con el Snapdragon 8 Elite Gen 5 de Qualcomm. El Galaxy S26 Ultra seguiría la misma lógica, aunque todavía no está claro si en las regiones clave volveremos a ver una apuesta exclusiva por Snapdragon o un reparto mixto entre Exynos y Qualcomm.
En cualquier caso, potencia bruta no parece que vaya a ser el problema de la familia S26. La verdadera prueba estará en la experiencia diaria: si la autonomía mejora de forma tangible sin recurrir a un throttling agresivo, si el cargador deja de ir a remolque de la competencia y si las cámaras aportan un salto real, sobre todo de noche y en vídeo. Entre las peticiones más repetidas también vuelve un capricho estético muy concreto: recuperar un Galaxy S tope de gama totalmente blanco, algo que no se ve desde la serie S22. Si nos fiamos de lo que deja ver One UI 8.5, Samsung apuesta por un diseño continuista y muy pulido; ahora le toca demostrar que por dentro hay cambios lo bastante grandes como para justificar otro año de un Galaxy que, a primera vista, se siente muy familiar.