El Galaxy S26 Ultra apunta a ser uno de los lanzamientos más disruptivos de Samsung. Olvídate de esas láminas baratas que dejan la pantalla opaca: con el nuevo Flex Magic Pixel, la privacidad se gestiona directamente en el panel.
De frente, la imagen es brillante y nítida; de lado, se atenúa y mantiene alejados a los curiosos en el metro o en la oficina. Y ojo, no es un concepto: la tecnología ya está en producción, y el Ultra será el primero en estrenarla.
La diferencia está en el control. Lo ideal sería activar el modo de privacidad app por app, con iconos claros y un interruptor real para encender o apagar. Así se convierte en una función útil, no en un truco escondido de la IA.
La pantalla también incorpora COE OLED, con vidrio más delgado, mayor brillo y mejor eficiencia energética. Traducido: más autonomía y mejor visibilidad, aunque al parecer limitado solo al Ultra por temas de costos.
En cuanto al Galaxy S26 Pro, los cambios son más moderados: mantiene su panel compacto de 6,27 pulgadas, pero la batería sube a 4.300 mAh frente a los 4.000 del modelo previo. Una mejora decente, aunque el verdadero examen estará en las cámaras.
En software, One UI 8 empezará a llegar a la serie S25 en septiembre. Entre sus novedades: una marca de agua renovada y un modo “vivid” que realza colores sin saturarlos en exceso. Los modelos anteriores tendrán que esperar un poco más.
El otro gran plus llega de la mano de Google Photos. Con la IA Gemini, podrás editar fotos con comandos simples: “quita los autos”, “elimina reflejos”, “mejora los colores” o el clásico “hazla mejor”. Sin menús infinitos, sin complicaciones: edición rápida y natural.
En resumen, el Galaxy S26 Ultra no es solo más potencia sobre el papel. Apuesta por resolver problemas cotidianos: proteger tu privacidad en público, mejorar la autonomía y facilitar la edición de fotos. Sí, algunos desconfiarán de que la IA decida cuándo activar la función, pero con ajustes claros y control total del usuario, Samsung podría marcar el nuevo estándar de la industria.