El Samsung Galaxy Z Fold 7 está a solo unos días de su anuncio oficial el 9 de julio, pero para mí, el destino de este teléfono ya está sellado. ¿La razón? La decisión de Samsung de mantener una batería de 4.400 mAh o, aún peor, reducirla aún más. Claro, muchos intentarán justificar esta elección diciendo que el dispositivo es más delgado.
Pero aquí está el problema: estamos en 2025, y los problemas de batería ya no son una cuestión de tamaño, sino de falta de innovación.
Estamos hablando de baterías de silicio-carbono, que ya están siendo utilizadas por los competidores. Estas baterías son más densas que las de litio-ion tradicionales y permiten conservar más energía, lo que permite incorporar baterías más grandes en cuerpos más delgados. Por ejemplo, el Oppo Find N5 tiene una batería de 5.600 mAh en un cuerpo de 8,93 mm de grosor, y el Vivo X Fold 3 Pro tiene una batería de 5.700 mAh en un cuerpo de 11,2 mm. Son rendimientos impresionantes que Samsung simplemente está ignorando.
¿Por qué Samsung no usa esta tecnología? La razón más probable es el costo. Las baterías de silicio-carbono son más caras, y Samsung no parece estar dispuesta a pagarlas o transferir esos costos a los consumidores. Esta decisión está dejando atrás a Samsung, mientras que sus competidores, incluida Apple, ya la han superado en cuanto a duración y capacidad de la batería. La línea Galaxy S Ultra, por ejemplo, lleva años usando baterías de 5.000 mAh, mientras que otros ya han avanzado más.
¿Está Samsung esperando una solución propia? En 2024, la compañía presentó una batería de estado sólido, pero aún está lejos de la producción masiva, y su rendimiento está muy por debajo de las tecnologías existentes. Así que el sueño de un teléfono Samsung con baterías de vanguardia aún está lejos.
Pero aquí está el verdadero problema: Samsung debería haber dejado atrás el desastre del Galaxy Note 7. Ese fiasco de 2016 marcó un punto de inflexión para la empresa, pero el mundo ha cambiado, y es hora de que Samsung vuelva a investigar las baterías, de manera segura, por supuesto. El Galaxy Z Fold 7 tenía el potencial de devolverle a Samsung el liderazgo en el mercado de teléfonos plegables, pero ahora corre el riesgo de ser solo otro “casi logrado” en un mundo donde sus competidores ya están liderando el camino.
Samsung tiene un buen diseño, con una pantalla externa mejorada, la eliminación de la cámara frontal inútil y el chip Snapdragon 8 Elite, pero en cuanto a innovación en baterías, la empresa se queda atrás. Mientras tanto, competidores como Oppo, Honor y Vivo ya están dominando el mercado global de teléfonos plegables, dejando a Samsung atrás.