Samsung está considerando seriamente recurrir a proveedores chinos para los materiales OLED de sus próximos dispositivos Galaxy.
La compañía surcoreana siempre ha sido cautelosa con los proveedores chinos, principalmente por temas de seguridad y confidencialidad, pero la presión por reducir costos en la fabricación de smartphones la estaría llevando a cambiar de postura.
El motivo principal es el aumento de los costos de producción, especialmente con la llegada de los chips de 2 nm en 2026. Apple utilizará los chips A20 fabricados por TSMC para su línea iPhone 18. Samsung, por su parte, trabaja en el desarrollo del Exynos 2600 en 2 nm, pero si no llega a tiempo, podría optar por el Snapdragon 8 Elite 2 de Qualcomm, también producido por TSMC.
Estos nuevos procesadores suponen un gasto enorme para las marcas, y ninguna quiere subir los precios finales. De hecho, Apple ya estaría pensando en aumentar el precio del iPhone 17, mientras que Samsung intenta evitarlo explorando opciones como los proveedores chinos de materiales orgánicos para pantallas OLED.
Hasta ahora, Samsung evitaba este tipo de acuerdos por miedo a tener que compartir información estratégica con empresas chinas. Sin embargo, la realidad económica actual obliga a replantear muchas cosas. Si no recortan en componentes, tendrán que subir precios, y eso podría alejar a muchos clientes.
Además, tanto Apple como Samsung están apostando fuerte por desarrollar sus propios chips y así depender menos de Qualcomm. Si el Exynos 2600 cumple con las expectativas, Samsung podría dejar de utilizar chips externos en sus futuros modelos.
Este giro estratégico no solo responde al momento actual del mercado, sino que podría marcar una nueva etapa en la industria: alianzas inesperadas, más competencia en costos y una redefinición del equilibrio tecnológico global.
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