Silent Hill f sorprende con críticas positivas, pero el futuro de la saga seguirá otros caminos
Silent Hill f llegó después de años de silencio y superó las expectativas incluso de su propio equipo creativo. Durante una transmisión de IGN Japan en la Tokyo Game Show 2025, el productor Motoi Okamoto confesó que no esperaba una recepción tan buena. El proyecto, dijo, estaba lleno de riesgos y decisiones poco convencionales que podían dividir a los fans. Sin embargo, alcanzó un Metascore de 86 – el mismo que el remake de Silent Hill 2 – y generó elogios por su atmósfera inquietante y su narrativa perturbadora. Para una serie donde el miedo psicológico es lo esencial, este resultado fue todo un triunfo.
No obstante, Okamoto subrayó que Silent Hill f no se convertirá en una fórmula fija. El plan es que cada entrega explore estilos de juego y tonos narrativos distintos. En una publicación en X, aclaró que el sello de la franquicia no es repetir mecánicas, sino mantener la capacidad de sorprender y desafiar al jugador. El único elemento innegociable será siempre la historia: un relato psicológico que sacuda al jugador desde dentro.
La crítica internacional respaldó esa visión. En su reseña para Wccftech, Francesco De Meo describió a Silent Hill f como un “regreso triunfal”, destacando su trama absorbente, las secuencias inquietantes y el equilibrio de un survival horror clásico, donde el manejo de recursos tiene más peso que la acción desenfrenada. Los puntos débiles: una duración algo corta y problemas menores de rendimiento en PC. Aun así, lo catalogó como uno de los mejores lanzamientos de terror de los últimos años.
Las reacciones de los jugadores, sin embargo, fueron más variadas. Algunos veteranos criticaron la ausencia de un arsenal tradicional y la falta de un ritmo más agresivo. Otros consideran que las notas fueron exageradas y que el entusiasmo es mayor en la prensa que en la comunidad. Estas discusiones no son nuevas: Silent Hill siempre ha generado divisiones cuando se reinventa. Y justamente esa capacidad de reinventarse es lo que mantiene viva la franquicia.
El enfoque de Okamoto convierte a Silent Hill en una especie de antología: un título puede centrarse en los acertijos y la atmósfera, otro en la amenaza física y la acción, y otro en el simbolismo o las metáforas culturales. Lo que debe permanecer constante es la incomodidad psicológica: la culpa, el miedo, los recuerdos deformados y las pesadillas personales. Eso es lo que distingue a Silent Hill de cualquier otra saga de terror.
Silent Hill f demostró que hay espacio para la experimentación sin perder la esencia. El futuro puede traer propuestas muy distintas, pero mientras la narrativa psicológica siga en el centro, Silent Hill seguirá siendo un referente del horror inquietante y perturbador.