El lanzamiento del Sony Xperia 1 VII debía consolidar a la marca en el segmento premium, pero terminó siendo un verdadero fiasco. Apenas unas semanas después de salir a la venta en junio, los usuarios comenzaron a reportar fallas críticas: reinicios aleatorios, apagados repentinos e incluso unidades que no encendían. 
El problema se localizó en una placa defectuosa, lo que obligó a Sony a suspender las ventas globales y en julio anunciar un programa de reemplazo gratuito.
Todos los que compraron el Xperia 1 VII antes del 4 de julio tuvieron derecho a un equipo nuevo corregido. La producción se reanudó con el error solucionado y los modelos revisados ya están llegando a las tiendas. En Europa las ventas ya se retomaron y desde hoy el dispositivo también vuelve a estar disponible oficialmente en Japón.
En un comunicado, la compañía pidió disculpas por las demoras y reconoció el malestar de los clientes. Sony aseguró que ahora cuenta con un nuevo sistema de control de calidad, diseñado para detectar riesgos en cada etapa de la fabricación. Dicho sistema ya se aplica a las unidades corregidas del Xperia 1 VII y se implementará en todos los futuros modelos Xperia.
Las disculpas llegan en un contexto complicado para la división móvil de Sony, que lleva años perdiendo relevancia frente a Apple, Samsung y las marcas chinas. Muchos recuerdan con nostalgia cuando los Xperia eran innovadores y accesibles, y hoy los ven como productos caros y de nicho. Algunos creen que la empresa debería abandonar definitivamente los móviles, mientras otros confían en que, con una estrategia clara de calidad, la marca aún puede sobrevivir.
Por ahora, los compradores de las primeras unidades defectuosas todavía pueden solicitar el reemplazo gratuito. Mientras tanto, el mercado observa si Sony logrará recuperar la confianza o si Xperia terminará sumándose a la lista de marcas que no pudieron mantenerse en pie.