Sora, la nueva aplicación de OpenAI, se ha convertido en la sensación del momento en el mundo de la inteligencia artificial. En apenas cinco días desde su lanzamiento, la app ha superado el millón de descargas, con un promedio de 200 mil instalaciones diarias. Lo más impresionante es que todavía es de acceso limitado, solo disponible por invitación y únicamente en Norteamérica.
Aun así, su crecimiento explosivo demuestra el enorme interés que despierta la creación de videos con IA entre usuarios y creadores de contenido.
El secreto detrás de su éxito es Sora 2, el modelo de texto a video de OpenAI, capaz de transformar simples descripciones en videos realistas y dinámicos. La interfaz recuerda a TikTok: una página “Para ti” muestra videos generados por otros usuarios, personalizados según los intereses de cada persona. Con Sora, basta subir una imagen para que la IA la anime y le dé vida, movimiento y emoción. Además, la función Cameo permite que los usuarios se inserten a sí mismos en los videos mediante avatares hiperrealistas. La aplicación genera automáticamente música, efectos de sonido y hasta diálogos completos, ajustando el tono al estilo del video. Lo que antes requería un equipo de producción ahora puede lograrse en cuestión de segundos con unas pocas palabras.
Sin embargo, el éxito no ha estado exento de polémicas. Algunos usuarios han recreado personajes de series populares como Bob Esponja, Rick y Morty o South Park, lo que generó quejas por presuntas violaciones de derechos de autor. La Motion Picture Association (MPA) emitió un comunicado acusando a OpenAI de permitir el uso indebido de material protegido y solicitando medidas urgentes. En respuesta, la compañía aseguró que está desarrollando herramientas para que los titulares de derechos puedan controlar cómo se usan sus personajes y obras dentro de la plataforma.
A pesar de las controversias, Sora marca un antes y un después en la creación audiovisual. Así como DALL·E cambió la forma de hacer arte digital, Sora promete redefinir el mundo del video. Tal vez se convierta en el “TikTok de la era de la IA” o en el punto de partida de una nueva revolución creativa. Lo que está claro es que OpenAI vuelve a desafiar los límites de lo posible.