La reciente cancelación de un episodio de South Park horas antes de su emisión generó una ola de rumores y teorías. Muchos aseguraban que se trataba de un caso de censura política, sobre todo tras el asesinato del activista conservador Charlie Kirk.
Sin embargo, Matt Stone, co-creador de la serie, salió a aclarar la situación: no hubo censura, simplemente no llegaron a tiempo.
El retraso fue llamativo porque coincidió con la decisión de Comedy Central de no repetir un episodio anterior en el que Eric Cartman parodiaba a Kirk como un podcaster de derecha que entrega un ficticio “Premio Charlie Kirk para Jóvenes Debatientes”. El momento parecía demasiado oportuno y la especulación creció rápidamente: ¿se había echado atrás la cadena por temor a las repercusiones?
Stone lo desmintió categóricamente en una entrevista con el Denver Post: “Nadie retiró el episodio, nadie nos censuró. Y ustedes saben que, si fuera verdad, lo diríamos. La verdad es que no lo terminamos a tiempo. Cuando siempre trabajas al límite, a veces fallas. Es el precio de ser un procrastinador”.
La explicación puede sonar simple, pero encaja perfectamente con la forma de trabajo de la dupla Parker-Stone. Desde sus inicios, los creadores producen cada capítulo en apenas una semana para mantener la sátira lo más actual posible. Esa velocidad les ha dado relevancia, pero también los ha puesto contra la pared. En casi treinta años, solo una vez antes no cumplieron con el calendario: en 2013, por un apagón en el estudio. Esta vez, no hubo desastre externo, solo falta de tiempo.
En la Comic-Con de San Diego, celebrada días antes, Trey Parker ya había admitido que ni siquiera sabían cuál sería el siguiente episodio. “Es súper estresante”, confesó. Aunque la temporada 27 se emite cada dos semanas para darles más margen, el proceso sigue siendo frenético. Al final, la presión y el calendario les jugaron una mala pasada.
La tragedia de Kirk le dio más fuerza a las teorías. El propio activista se había tomado la parodia con humor y en TikTok afirmó: “Es gracioso, tenemos la piel gruesa. Pueden reírse de nosotros y no pasa nada”. Pero varios seguidores de Trump no lo vieron así y culparon al programa. La coincidencia temporal bastó para alimentar sospechas. No obstante, la versión de Stone es clara: no hubo intervención del canal, solo un episodio inconcluso.
La nueva fecha de emisión quedó fijada para el miércoles 24 de septiembre. “Va a estar genial”, prometió Stone. La expectativa es alta: esta temporada está marcando algunos de los mejores números en años, especialmente con episodios que se burlan de Donald Trump y devuelven a South Park al centro de la conversación cultural. El interés es tan grande que cualquier tropiezo se magnifica.
No hay que olvidar que South Park sí ha enfrentado censura real en el pasado: desde el capítulo sobre la Cienciología, que provocó la salida de Isaac Hayes, hasta episodios críticos con el islam que Paramount decidió retirar. En esos casos, Parker y Stone siempre denunciaron públicamente la presión. Por eso, muchos fans confían en sus palabras: si realmente hubiera censura, lo dirían sin rodeos.
En conclusión, esta vez no hubo conspiración, solo un recordatorio de que el estilo de producción de South Park es tan arriesgado como siempre. La sátira hecha al límite no siempre llega a tiempo, pero cuando lo hace, suele valer la pena. Y esa es precisamente la razón por la que el programa sigue siendo relevante después de casi tres décadas.