Los fans de South Park se llevaron una sorpresa amarga esta semana: no por alguna broma nueva, sino porque el episodio previsto nunca salió al aire. Horas antes del estreno, Comedy Central confirmó que el capítulo de la temporada 27 quedaba pospuesto. Trey Parker y Matt Stone, creadores de la serie, asumieron la culpa sin rodeos: “Cuando haces todo a última hora, a veces no llegas. Esta es nuestra. Gracias a los fans y al canal por entenderlo. 
¡Nos vemos la próxima semana!”. Una confesión honesta y con el tono sarcástico que siempre los ha caracterizado.
South Park nunca funcionó como una producción convencional. Mientras la mayoría de las series preparan sus temporadas con meses de antelación, aquí los episodios se escriben, animan y producen en cuestión de días. Ese frenesí creativo permitió a la serie mantenerse siempre en sintonía con la actualidad, convirtiéndola en referente de sátira política. Sin embargo, en esta temporada Parker y Stone apostaron por un ritmo quincenal, con más tiempo para pulir ideas. Paramount celebró la decisión, pero el retraso demostró que incluso con dos semanas extra, los plazos siguen siendo despiadados.
El contexto reciente vuelve el retraso aún más llamativo. Los primeros capítulos de la temporada ridiculizaron sin filtros a Donald Trump. Luego llegó “Got a Nut”, donde Eric Cartman se disfraza de Charlie Kirk y parodia su estilo de podcast de derecha. La ficción se mezcló con la tragedia cuando, poco después, Kirk fue asesinado en una universidad. Comedy Central retiró la repetición, pero antes de su muerte, el propio Kirk había reaccionado con humor, calificando el episodio de “hilarante” y diciendo que los guionistas “captaron perfectamente” su estilo. Sus palabras contrastaron con la indignación de muchos conservadores que acusaron a la serie de alentar la violencia política.
Por eso no sorprendió que el aplazamiento diera pie a todo tipo de teorías. Algunos hablan de censura impuesta por Paramount; otros creen que Parker y Stone prefirieron reescribir el guion tras los acontecimientos. El propio Parker ya había confesado en la Comic-Con que decidir el tema del siguiente episodio era “súper estresante”. Esa frase hoy suena profética.
En casi 30 años al aire, South Park apenas había fallado una vez en cumplir un estreno: en 2013, cuando un apagón en Los Ángeles paralizó la producción. Por eso este retraso resulta tan sonado. La nueva fecha quedó fijada para el 24 de septiembre, y a partir de entonces la serie seguirá su plan de episodios cada dos semanas hasta diciembre. Los fans deberán esperar, pero saben que la espera suele traducirse en un golpe de sátira aún más contundente.
South Park ha demostrado que puede convertir el caos de la realidad en comedia. Aunque algunos critiquen el ritmo más lento, la esencia sigue intacta: humor incómodo, sátira política y la capacidad de reaccionar casi en tiempo real. Este tropiezo no resta a su legado; al contrario, lo subraya: incluso la sátira más feroz a veces se queda atrás frente a una realidad que se vuelve cada día más absurda.