Spotify por fin ha dado un paso que muchos llevaban años esperando: los usuarios del plan gratuito ya pueden reproducir cualquier canción de forma inmediata, sin depender del modo aleatorio. Hasta ahora, si no pagabas la suscripción Premium, estabas obligado a iniciar una lista de reproducción y esperar a que la canción deseada sonara por casualidad. Era una limitación hecha para empujar a la gente hacia el plan de pago, pero que resultaba frustrante para millones de oyentes.
La novedad llega pocos días después de otro anuncio muy comentado: el lanzamiento de audio lossless, es decir, calidad sin pérdidas para quienes buscan la mejor fidelidad. 
Con estas dos noticias casi seguidas, la plataforma deja claro que quiere retener tanto a los más exigentes como a los que solo buscan escuchar su música favorita sin tantas trabas. Y seamos sinceros: en pleno 2025, que la opción de elegir una canción concreta haya estado bloqueada hasta ahora suena absurdo.
Desde su debut en 2008, Spotify se expandió gracias a ofrecer una versión gratuita, aunque siempre con fuertes restricciones: sin descargas, con interrupciones de anuncios y, sobre todo, sin posibilidad de seleccionar un tema específico. Mientras competidores como YouTube Music ofrecían más flexibilidad, Spotify se aferraba a ese modelo rígido.
El motivo era obvio: convertir usuarios gratuitos en suscriptores de pago. Pero el panorama ha cambiado. El almacenamiento es cada vez más barato, la piratería vuelve a crecer y existen plataformas rivales que dejan más libertad. Mucha gente prefiere bajarse los archivos en MP3 y escucharlos offline antes que aceptar tantas limitaciones. Parece que Spotify entendió que mantener tan restringido el plan gratuito podía significar perder usuarios y, con ellos, ingresos por publicidad.
En definitiva, permitir la reproducción directa de cualquier canción en el plan gratis no es un simple detalle, sino una jugada estratégica. Reconoce cómo han cambiado los hábitos de consumo y el mercado musical. Junto al lanzamiento de audio lossless, el mensaje es claro: Spotify quiere mantener contentos tanto a los audiófilos como al público general. Ahora toca ver cómo responden sus competidores y si este movimiento basta para frenar la fuga hacia otras plataformas o hacia la descarga ilegal.