Star Trek: Strange New Worlds se acerca a su recta final, y el camino hasta aquí no fue nada fácil. En la convención STLV: Trek to Vegas, la actriz Rebecca Romijn, quien interpreta a Número Uno, reveló que Paramount había propuesto cerrar la serie con una película de dos horas. Pero los showrunners Akiva Goldsman y Henry Alonso Myers no aceptaron la idea: consideraban imposible dar cierre a tantas tramas en tan poco tiempo. 
Tras intensas negociaciones, lograron asegurar una última temporada de seis episodios. “Seis fue producto de una negociación”, confesó Romijn.
Para los seguidores acostumbrados al formato de diez episodios, este final puede parecer recortado. Aun así, es mejor que un simple filme que habría dejado todo demasiado apurado. A diferencia de lo ocurrido con Star Trek: Discovery, que fue cancelada sin aviso y obligó a los guionistas a improvisar, en Strange New Worlds al menos hubo tiempo de planear un cierre digno. “No todas las series tienen esa suerte”, subrayó Romijn. “Algunas se enteran tarde y terminan de golpe”.
La cuarta temporada ya terminó de rodarse y se estrenará en 2026. La quinta, confirmada como la última, tendrá también seis capítulos y se filmará el próximo año. La trama llevará la línea temporal hasta conectar directamente con Star Trek: The Original Series, un movimiento que podría abrir la puerta a futuros spin-offs con personajes populares. Paramount ya probó algo similar con el proyecto Section 31, que pasó de serie a película para streaming con Michelle Yeoh, aunque su recepción fue bastante negativa.
Entre los fans las opiniones están divididas. Algunos aplauden la creatividad y los riesgos narrativos, mientras que otros critican el exceso de episodios cómicos o de “relleno”. En una temporada corta cada capítulo cuenta, y muchos sienten que estas desviaciones restan fuerza a la historia. En los tiempos de The Next Generation o Deep Space Nine, con 25 episodios al año, un par de experimentos podían pasar; hoy, con ocho o diez capítulos, pesan mucho más.
La aparición de personajes clásicos también generó debate. La llegada del Capitán Kirk, esperada durante meses, decepcionó a parte del público: en lugar de un líder firme y carismático, muchos lo vieron inseguro y sin la energía que William Shatner transmitía. A esto se suma la crítica al exceso de romances, sobre todo en torno a Spock, cuya vida amorosa parece ocupar demasiado espacio. Para varios seguidores, la serie ha perdido parte del espíritu de explorar “nuevos mundos extraños” y se concentra en dramas personales.
A pesar de todo, existe gratitud porque Strange New Worlds pueda despedirse con un cierre planificado. No todos los títulos de la franquicia tuvieron esa oportunidad: Enterprise, por ejemplo, acabó con 97 episodios sin una conclusión clara. Ahora la duda es si esta serie será recordada como un capítulo importante en la saga o como un intento irregular de recrear la magia del pasado. Lo cierto es que las discusiones sobre su legado seguirán vivas en el fandom mucho después del último episodio.