La actriz canadiense Tatiana Maslany, reconocida por su papel de Jennifer Walters en la serie de Marvel She-Hulk: Defensora de Héroes, encendió las redes sociales al pedir a sus seguidores que cancelen sus suscripciones a Disney+, Hulu y ESPN. 
Su mensaje surge tras la suspensión indefinida del programa Jimmy Kimmel Live! por parte de ABC, cadena propiedad de Disney.
El conflicto comenzó el 17 de septiembre de 2025, cuando la ABC retiró el show del aire a raíz de comentarios de Kimmel sobre el asesinato del activista conservador Charlie Kirk. La medida vino después de que la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) advirtiera que podrían tomarse acciones regulatorias si la cadena no actuaba. Muchos interpretaron esto como un claro ejemplo de cómo la administración de Donald Trump presiona a los medios críticos hacia su gobierno.
En su monólogo, el presentador de 57 años señaló que los partidarios de MAGA intentaban manipular la narrativa sobre el crimen, presentando al asesino como alguien desvinculado de su movimiento, mientras buscaban “ganar puntos políticos”. Kimmel incluso ironizó que la reacción de Trump ante la muerte de Kirk se parecía a “la de un niño de cuatro años que pierde un pez dorado”. Aunque expresó condolencias a la familia de Kirk y condenó el ataque, sus palabras desataron la furia de sectores conservadores.
El presidente de la FCC, Brendan Carr, calificó las declaraciones de Kimmel como “la conducta más enfermiza posible” y advirtió que ABC debía cambiar su rumbo o enfrentarse a sanciones. Ante el riesgo, la cadena decidió suspender el programa sin fecha de regreso.
Maslany reaccionó con dureza. En Instagram compartió una foto detrás de cámaras de She-Hulk y pidió a sus más de medio millón de seguidores que dejaran de financiar a Disney cancelando sus suscripciones. Para la actriz, este episodio no se trata solo de defender a Kimmel, sino de proteger la libertad artística y periodística frente a la censura.
La postura de Maslany fue respaldada por figuras importantes de Hollywood. Damon Lindelof, creador de Lost y Watchmen, aseguró que no volverá a trabajar con Disney mientras el show permanezca suspendido. “Me siento conmocionado, entristecido y enfurecido por la decisión. Si no se revierte, no puedo en conciencia seguir colaborando con esa empresa”, expresó. Por su parte, el cineasta Boots Riley escribió en redes que, si los miembros del sindicato de directores se negaban a trabajar en producciones de Disney, ABC o Hulu, “el programa volvería en cuestión de horas”.
Trump, lejos de apaciguar el debate, lo intensificó. Durante un vuelo de regreso desde el Reino Unido en el Air Force One, insinuó que se debería considerar quitar las licencias a cadenas opositoras. “Leí que el 97 % de la cobertura hacia mí era negativa, y aun así gané con claridad. Tal vez esas licencias deberían retirarse”, declaró.
La polémica también alcanzó a Comedy Central, que canceló la repetición de un episodio de South Park relacionado con el asesinato de Kirk y retrasó una nueva entrega horas antes de su emisión. Los creadores Trey Parker y Matt Stone asumieron la responsabilidad, aunque muchos interpretaron la medida como un signo de autocensura motivada por presiones políticas.
El caso refleja cómo los intereses corporativos, la política y la libertad de expresión chocan de frente en la industria mediática estadounidense. El llamado de Maslany al boicot simboliza la creciente resistencia de actores, guionistas y directores frente a la censura y al control gubernamental. Independientemente de si Disney cambia de rumbo, la suspensión de Jimmy Kimmel Live! ya se ha convertido en un hito en el debate sobre independencia mediática y la libertad artística en Hollywood.