Elon Musk acaba de recibir un nuevo paquete de compensación por parte del consejo de administración de Tesla valorado en 29 mil millones de dólares. 
Esto ocurre tras años de disputas legales, incluyendo la anulación de su antiguo plan de 56 mil millones por un tribunal en Delaware, que argumentó que hubo un proceso de aprobación defectuoso y demasiada influencia de Musk en la junta.
En junio de 2024, el 77% de los accionistas votó a favor de revalidar el paquete original, dejando claro su respaldo a Musk, especialmente mientras Tesla se adentra en el mundo de la inteligencia artificial y la robótica. Sin embargo, en diciembre, la jueza reafirmó su decisión original: el voto de los accionistas no soluciona las fallas de procedimiento ni las posibles violaciones al deber fiduciario.
Aunque Tesla trasladó su sede a Texas, decidió mantener la jurisdicción del caso en Delaware. El nuevo acuerdo otorga a Musk 96 millones de acciones restringidas, con un precio de ejercicio de 23,34 dólares cada una, muy similar al plan de 2018. Pero no es inmediato: hay un periodo de adquisición de dos años, y Musk debe permanecer como CEO y mantener las acciones por cinco años, salvo que necesite vender parte para impuestos.
Lo más curioso es que la propia Tesla reconoce que es poco probable que se cumplan las condiciones de desempeño en el corto plazo, por lo que no planea registrar este paquete como gasto por ahora. En otras palabras, es una jugada estratégica más que una recompensa inmediata.
Para algunos, todo esto parece una pelea política disfrazada de legalidad; para otros, es simplemente la única forma de mantener a Musk al timón. Lo cierto es que el show continúa, y Elon sigue siendo el protagonista estelar de Tesla.