The Game Awards 2025 se ha convertido en algo así como la nochevieja de los videojuegos: un evento largo, lleno de memes, discusiones de fandom y anuncios gigantes, donde la industria despide el año y abre una ventana a lo que viene. Una vez más el presentador será Geoff Keighley, que volverá al escenario del Peacock Theater de Los Ángeles el 11 de diciembre con público en vivo y una retransmisión gratuita para prácticamente todo el planeta. 
Días antes, los foros y redes sociales ya hierven con quinielas: quién ganará Juego del Año, qué tráiler va a romper internet y qué sorpresa nos dejará con la boca abierta.
En el centro de muchas conversaciones hay un protagonista claro: Clair Obscur: Expedition 33. El RPG de Sandfall Interactive, con estética muy cuidada y aire de producción AA de lujo, lidera la lista de nominaciones y ha pasado de ser un nombre raro en los titulares a convertirse en el juego que mucha gente da por favorito en varias categorías importantes. Enfrente tendrá pesos pesados como Hades II, el eterno esperado Hollow Knight: Silksong y Death Stranding 2: On The Beach, así que nadie tiene la victoria asegurada.
Cuándo y dónde ver The Game Awards 2025
Ver la gala en 2025 no tiene pérdida. The Game Awards se emitirá gratis en los canales oficiales de YouTube (con opción de 4K), Twitch, X, TikTok y Steam, además de llegar en algunos territorios a través de servicios como Amazon Prime Video. Básicamente, si tienes un móvil, una tele o un PC con internet, tienes un asiento en primera fila.
Eso se traduce en que cada uno monta su propia experiencia: hay quien enciende el proyector y convierte el salón en mini cine, quien deja la gala de fondo mientras juega algo tranquilo en la Switch y quien la sigue desde la cama con el chat del directo en la otra mano. Al mismo tiempo, Twitter, Discord y compañía se llenan de reacciones, capturas de pantalla de cada WORLD PREMIERE y debates instantáneos sobre si tal anuncio ha sido top o puro relleno.
Cuánto durará el show
El tiempo exacto todavía no está confirmado, pero la historia reciente del evento habla claro: hay que contar con unas tres o cuatro horas entre pre-show y gala principal. El arranque suele ir a toda pastilla, repartiendo premios considerados menores y colando tráileres de juegos medianos o indies, para luego bajar un poco el ritmo en la parte central, donde se mezclan discursos emocionados, invitados de lujo y los anuncios más potentes.
Si piensas verlo entero, conviene prepararlo como si fuera una final de Champions: algo de comer, bebida a mano, batería cargada y, sobre todo, paciencia para aguantar tanto hype, publicidad y subidón emocional seguido. The Game Awards no es un simple direct, es un bloque completo de programación nocturna.
Nominaciones: el año de Expedition 33
Por mucho que se hable de anuncios, las nominaciones siguen marcando el pulso del año. En 2025, Clair Obscur: Expedition 33 es el gran candidato, con presencia en casi todas las categorías gordas: Juego del Año, dirección, narrativa, dirección artística, banda sonora, RPG… Para un estudio que hasta hace nada casi nadie tenía en el radar, es un salto directo al escaparate principal de la industria.
La competencia, eso sí, no se queda corta. Hades II llega con la presión de estar a la altura de uno de los roguelikes más queridos de la última década. Hollow Knight: Silksong arrastra años de expectativas y memes. Y Death Stranding 2: On The Beach promete ser tan raro, divisivo y fascinante como cabría esperar. A todo esto se suman propuestas independientes, títulos AA y juegos de nicho que han encontrado su hueco a base de buenas ideas, reforzando la sensación de que el típico perfil de juego ganador ya no existe.
En el lado puramente popular, la categoría Players’ Voice sigue siendo el ring donde las comunidades se pelean a base de votos. Allí no manda la crítica sino el fandom más organizado: campañas en redes, llamadas al voto en directos, acusaciones de bots y de brigadas organizadas. Es caótico, pero también uno de los termómetros más claros de qué juegos han generado auténtica pasión durante el año.
Anuncios, rumores y posibles bombazos
La otra gran pata del evento es, cómo no, el carrusel de anuncios. Para 2025 ya hay algunas piezas aseguradas en el tablero: Creative Assembly ha prometido un tráiler de estreno mundial de su próximo Total War, lo que basta para poner en modo alerta a todos los estrategas. También se espera nuevo metraje de Exodus y más claridad con proyectos eternamente retrasados como PRAGMATA u Onimusha: Way of the Sword, que podrían por fin salir del limbo de “ya casi” y colocar una fecha concreta en el calendario.
El apartado rumorología no se queda atrás: se habla de un posible remake de Assassin’s Creed IV: Black Flag, de un nuevo juego en el universo de Control (bautizado provisionalmente como Control: Resonant), de una versión de PC para Death Stranding 2: On The Beach y de un Resident Evil Requiem que podría recuperar caras muy conocidas. Y, como tradición no escrita, vuelve el eterno deseo de ver por fin algo real de Titanfall 3, mezcla a partes iguales de esperanza y copium colectivo.
Eso sí, ya hay ausencias confirmadas: ni el remake de Prince of Persia: The Sands of Time ni The Witcher IV aparecerán en esta edición, así que mejor no alimentar falsas ilusiones ni montar teorías locas cada vez que se apaga la luz del escenario.
Música, orquesta y momento espectáculo
Desde hace años, la parte musical de The Game Awards se ha ganado su propio protagonismo. En 2025, el foco estará en Evanescence, que subirá al escenario para interpretar Afterlife, tema ligado al anime de Devil May Cry. Para muchos jugadores que crecieron con estética gótica, hack and slash frenéticos y rock melódico en los cascos, es fanservice en estado puro.
Junto a ellos, la orquesta de la gala suele firmar algunos de los momentos más recordados, hilando temas de los nominados en medleys que al día siguiente se convierten en vídeos imprescindibles en YouTube. Son esos minutos en los que la música de los juegos, a menudo relegada al segundo plano, toma el centro del escenario y demuestra por qué cada vez se habla más de las bandas sonoras como piezas clave de la experiencia.
Votos, polémicas y tradición
El sistema de votación combina el veredicto de un jurado internacional con la opinión del público. En la mayoría de categorías pesa más la parte profesional, pero los jugadores siguen teniendo un porcentaje importante y, sobre todo, un espacio para hacerse oír. Inevitablemente, cada edición deja tras de sí debates sobre injusticias, olvidos clamorosos y premios supuestamente robados.
Con los años, alrededor del TGA ha nacido su propio folclore: quinielas, porras, cartones de bingo con casillas del tipo “Geoff dice world premiere otra vez”, “invitado famoso que no sabe pronunciar el nombre del juego” o “discurso cortado en seco por la música”. Y aun así, cuando llega diciembre, la mayoría de quienes se quejaban el año anterior vuelven a estar conectados a la hora en punto.
Por qué The Game Awards 2025 sigue importando
Se puede discutir si The Game Awards es más gala de premios o macrotráiler interactivo, pero hay algo difícil de negar: durante unas horas, casi todo el ecosistema del videojuego mira al mismo sitio. Fans de terror, amantes de las estrategias, gente de indies minimalistas y devoradores de shooters competitivos reaccionan a las mismas imágenes y discuten los mismos ganadores.
Eso convierte a The Game Awards 2025 en algo más que una lista de estatuillas: es una foto fija de en qué punto está el medio y hacia dónde parece moverse. Para quien vive los videojuegos como algo más que un pasatiempo, esa noche del 11 de diciembre es, le pese a quien le pese, una cita marcada en rojo.