El regreso de Tron no logró conectar con el público, y Disney enfrenta otra decepción en taquilla. Tron: Ares, la esperada secuela que buscaba reactivar la icónica saga de ciencia ficción, debutó con solo 60,5 millones de dólares en su primer fin de semana mundial. De esa cifra, 33,5 millones provinieron de Norteamérica y 27 millones del resto del mundo.
Una recaudación muy por debajo de lo esperado para una producción que costó cerca de 180 millones de dólares sin contar la enorme campaña de marketing.
Para ponerlo en perspectiva, Tron: El Legado de 2010 se estrenó con 44 millones en Estados Unidos y alcanzó casi 410 millones globalmente. Ahora, Tron: Ares ni siquiera logró superar a Morbius, otro fracaso de Jared Leto, que abrió con 39 millones. Aunque la película se estrena en China la próxima semana, las proyecciones no son optimistas. El entusiasmo por este universo digital parece haberse desconectado después de más de una década sin actividad.
Dirigida por Joachim Rønning y protagonizada por Jared Leto, Greta Lee, Jeff Bridges y Gillian Anderson, Tron: Ares intenta equilibrar nostalgia y reinvención, pero termina atrapada entre ambas. Los críticos fueron duros: IGN le dio un 5/10 y señaló que la cinta “olvida sus raíces” y se repite sin aportar algo nuevo. Los fans, en cambio, están divididos. Algunos celebran los efectos visuales impresionantes y la potente banda sonora de Nine Inch Nails, mientras otros lamentan la ausencia de personajes clásicos como Sam Flynn o Quorra y la aparición casi simbólica de Jeff Bridges. Aun así, muchos coinciden en que, al menos visualmente, la película merece verse en una pantalla grande.
Una queja constante entre los espectadores ha sido la falta de promoción. Varios aseguran que no vieron ningún tráiler ni publicidad, algo impensable para una superproducción de Disney. Pero más allá del marketing, el problema podría ser más profundo: la gente ya no va al cine como antes. La mayoría prefiere esperar a que los estrenos lleguen a las plataformas digitales. Y si incluso películas con Dwayne Johnson o Channing Tatum se desploman en taquilla, es evidente que Hollywood enfrenta una crisis estructural.
A pesar del tropiezo, Tron: Ares ha encontrado defensores apasionados. Para ellos, el filme es un espectáculo visual increíble, una experiencia sensorial que vale la pena disfrutar en IMAX. Algunos incluso la describen como una obra incomprendida, bella pero imperfecta, que podría resurgir cuando llegue al streaming. Quizás, como en el propio universo de Tron, la historia aún tenga oportunidad de reiniciarse.