En un giro inesperado, el presidente Trump ha solicitado la renuncia del CEO de Intel, Lip-Bu Tan, después de que surgieran acusaciones sobre sus vínculos con empresas chinas. Esto ha sorprendido a Intel, que ya enfrenta varios problemas. En un post en Truth Social, Trump criticó a Tan, calificándolo de “altamente en conflicto de intereses”, y exigió su renuncia como solución a los crecientes problemas de la compañía. 
Este evento llega en un momento crítico para Intel, ya que Tan asumió recientemente el cargo de CEO y ahora se encuentra en el centro de una controversia.
La solicitud de renuncia se basa en informes recientes sobre los lazos de Tan con empresas chinas. El senador republicano Josh Hawley envió una carta al consejo de administración de Intel, expresando sus preocupaciones sobre las inversiones pasadas de Tan y su vinculación con más de 40 empresas chinas. Aunque Tan ha afirmado haber vendido parte de sus acciones, sus conexiones con empresas chinas aún permanecen, lo que ha desatado un debate sobre posibles conflictos de intereses.
Si bien no es ilegal que los ejecutivos inviertan en empresas extranjeras, el hecho de que Intel sea un líder en la fabricación de chips en Estados Unidos pone bajo escrutinio estos vínculos. Dado el papel clave de Intel en el mercado global de semiconductores, cualquier duda sobre la integridad de su liderazgo podría afectar gravemente la imagen de la empresa.
Ahora Intel se encuentra en una situación delicada. La compañía debe decidir cómo manejar esta crisis de imagen, ya que la solicitud de renuncia de un CEO tan influyente como Trump solo aumenta la incertidumbre. El siguiente paso para Intel será una declaración pública de Tan, en la que debe aclarar los rumores y tranquilizar tanto a los medios de comunicación como al público de que sus acciones están alineadas con los intereses de Estados Unidos.