Cuando Trump Mobile presentó su primer smartphone, el T1, el 16 de junio de 2025 en un evento en la Trump Tower en Nueva York, causó gran expectación. Posicionado como un competidor directo del iPhone 17, el T1 fue promocionado como un dispositivo ‘Hecho en EE. UU.’, lo que encajaba perfectamente con la imagen patriótica de la Trump Organization. Sin embargo, lo que parecía ser un movimiento audaz para crear un producto estadounidense resultó ser irónico. 
La verdadera procedencia del T1 es mucho menos patriótica. A pesar de las afirmaciones de marketing, el teléfono en realidad es fabricado en China, lo que contradice completamente la idea de ‘producción local’.
La Trump Organization siempre ha estado asociada con valores estadounidenses, con lemas como ‘Make America Great Again’ y un apoyo a la creación de empleos locales. Dentro de este marco, Trump Mobile prometió que sus servicios serían ‘100% americanos’, incluyendo soporte al cliente en EE. UU. y otros servicios fabricados internamente. El T1, que se lanzó al mismo tiempo que el iPhone 17, tenía como objetivo atraer a los seguidores de Trump, especialmente con la etiqueta ‘Hecho en EE. UU.’. Pero en realidad, es simplemente un dispositivo chino reconfigurado con una nueva carcasa de plástico para aumentar su precio y presentarlo como un producto local.
Una investigación más profunda, que incluyó un análisis de Max Weinbach, mostró que el T1 es sorprendentemente similar al T-Mobile REVVL 7 Pro 5G, un teléfono fabricado por la empresa china Wingtech. En un post en las redes sociales, Weinbach señaló que el T1 es prácticamente idéntico al REVVL 7 Pro 5G, pero con algunos cambios estéticos para adaptarse a la marca de Trump Mobile. Wingtech, ahora propiedad de Luxshare, fabrica el teléfono en China, en ciudades como Jiaxing y Wuxi. El rápido descubrimiento del origen del T1 dejó a algunos seguidores decepcionados, quienes se sintieron engañados por las afirmaciones patrióticas de la Trump Organization.
Aparte del teléfono, el servicio de Trump Mobile no ha tenido un gran impacto. Aunque la empresa se presenta como un nuevo operador móvil, en realidad utiliza la infraestructura de grandes operadores estadounidenses como AT&T, T-Mobile y Verizon. Esto significa que el servicio es esencialmente un revendedor de redes construidas por otras compañías. Al final, el T1 no es solo un teléfono reconfigurado, sino también un símbolo de los esfuerzos de la Trump Organization para crear una marca cuya realidad no coincide con la cadena de suministro global.