A pesar del gran revuelo por la visita del presidente Trump al Medio Oriente, sigue existiendo un estancamiento en cuanto a los contratos de chips, ya que Estados Unidos aún duda en suministrar los poderosos chips de IA de NVIDIA a la región. 
La razón detrás de esta reticencia es el temor de que estas tecnologías puedan ser transferidas indirectamente a China.
NVIDIA, que inicialmente solo atendía a las grandes empresas tecnológicas, rápidamente ha expandido su alcance y se ha posicionado como un actor clave en la construcción de infraestructura de IA a nivel mundial. Esta estrategia se alinea con la diplomacia de Trump, lo que ha traído a NVIDIA contratos por miles de millones de dólares con empresas respaldadas por el gobierno como G42. Se esperaba que el Medio Oriente pudiera reemplazar a China como el principal mercado para los chips de NVIDIA. Sin embargo, las autoridades estadounidenses siguen siendo cautelosas al suministrar estas tecnologías avanzadas a países como los Emiratos Árabes Unidos o Arabia Saudita, temiendo que puedan ser utilizadas para transferir tecnología indirectamente a China, un país con el que estos estados mantienen relaciones cada vez más estrechas.
Uno de los proyectos más destacados de NVIDIA en la región es el proyecto Stargate en los Emiratos Árabes Unidos, el cual podría utilizar hasta 100,000 chips, lo que incrementa aún más las preocupaciones sobre el uso militar o estratégico de estas tecnologías. Arabia Saudita y otros países del Golfo también están realizando grandes inversiones en IA, entre ellos asociaciones con HUMAIN AI, lo que demuestra su compromiso con la construcción de una infraestructura de IA financiada por la enorme riqueza del petróleo. Sin embargo, Estados Unidos sigue siendo cauteloso, buscando un equilibrio entre la seguridad nacional y los beneficios económicos de estos acuerdos.
A pesar de su enorme riqueza, los países del Golfo siguen dependiendo en gran medida de la tecnología de los Estados Unidos. Por lo tanto, cualquier acuerdo futuro podría venir acompañado de condiciones estrictas, como la prohibición de usar tecnología china o de reclutar talento chino. Hasta ahora, Estados Unidos no ha tomado una decisión final, y el futuro de estos acuerdos sigue siendo incierto. Si los países de la región no aceptan las condiciones impuestas, podrían quedarse sin acceso a estas tecnologías avanzadas, lo que dificultaría el desarrollo de la IA en el Medio Oriente.