El presidente Trump ha propuesto usar los ingresos generados por los aranceles para distribuir cheques de estímulo al público, con el objetivo de aliviar la presión económica sobre los consumidores afectados por el aumento de precios debido a los aranceles. Esta propuesta forma parte de una estrategia más amplia de su administración para reducir el déficit comercial con países como China, Vietnam e India. 
Un hito importante de esta estrategia fue el anuncio del ‘Día de la Liberación’ el 2 de abril, seguido de fluctuaciones en las tasas de los aranceles.
Aunque la idea de distribuir cheques financiados con los ingresos de los aranceles es interesante, los críticos advierten sobre posibles ineficiencias. Algunos argumentan que los costos administrativos de enviar los cheques, como la impresión, el envío y el procesamiento, podrían superar los beneficios, especialmente si se considera el aumento de los precios de los productos debido a los aranceles.
Recientemente, el presidente Trump comentó: “Estamos pensando en eso, en realidad, estamos recibiendo tanto dinero que estamos considerando un pequeño reembolso. Un pequeño reembolso para personas con ciertos niveles de ingresos sería algo muy agradable.” Esto sugiere que la administración está considerando dirigir los cheques hacia familias de bajos y medianos ingresos, lo que probablemente sería bien recibido por muchos consumidores que están lidiando con los precios más altos.
La idea de los cheques de estímulo no es nueva en la administración Trump, ya que medidas similares se implementaron al comienzo de la pandemia de COVID-19 con la Ley CARES. En ese momento, los pagos directos ayudaron a los estadounidenses a enfrentar los efectos económicos del cierre masivo de negocios. Si esta nueva propuesta sigue adelante, podría replicar los esfuerzos anteriores, aunque su impacto y viabilidad aún están siendo discutidos.
A pesar de la posible recepción positiva, existen serias preocupaciones sobre las consecuencias económicas de las políticas arancelarias actuales. Comerciantes como Walmart ya han expresado preocupaciones de que los aranceles más altos podrían generar precios más elevados para los consumidores, especialmente en sectores que dependen en gran medida de los productos importados. Por otro lado, algunos creen que los aranceles han impulsado un renacimiento económico, trayendo inversiones y producción de vuelta a Estados Unidos. Sin embargo, el impacto global de los aranceles en los consumidores estadounidenses aún debe ser evaluado.