Donald Trump podría convertirse en un aliado inesperado de Elon Musk en la disputa con la Unión Europea por las nuevas normas digitales. 
En una publicación en su red Truth Social, el exmandatario acusó a Bruselas de usar la Ley de Servicios Digitales (DSA) para castigar a las empresas estadounidenses, mientras las chinas quedarían prácticamente al margen.
Según Reuters, en Washington se analiza imponer sanciones contra funcionarios europeos encargados de aplicar la DSA, incluyendo restricciones de visado. Sería un paso inusualmente duro frente a una normativa de la UE.
La Comisión Europea defiende la ley como un instrumento para lograr un internet más seguro: obliga a las plataformas a retirar contenido ilegal garantizando al mismo tiempo la libertad de expresión. Sin embargo, compañías como Meta y la X de Musk consideran que las exigencias son excesivas y limitan la innovación.
La DSA ya obligó a YouTube, TikTok y Snapchat a explicar cómo funcionan sus algoritmos de recomendación y a evaluar riesgos relacionados con elecciones, salud mental y protección infantil. Musk ha sido uno de los más golpeados: Bruselas acusa a X de confundir a los usuarios con su sistema de verificación paga, que facilitó suplantaciones y estafas. Además, critican la falta de transparencia publicitaria y las trabas al acceso de investigadores a datos públicos.
La paradoja es evidente: Musk y Trump se atacaron públicamente hace poco tiempo, pero si Estados Unidos presiona de verdad a Bruselas, varios de los dolores de cabeza del magnate con la UE podrían desaparecer. Y si los líderes europeos siguen mostrando disposición a ceder, Musk podría terminar beneficiándose justamente de alguien a quien solía ridiculizar.