Las últimas filtraciones desde la industria de los semiconductores indican que los temidos precios de los chips de 2 nm de TSMC no serán tan desorbitados como se esperaba. Los primeros informes hablaban de un aumento del 50 % respecto a los de 3 nm, pero fuentes más recientes aseguran que la diferencia real rondará entre un 10 % y un 20 %.
Claro, esto no significa que los clientes salgan ganando: TSMC planea subir también los precios de sus procesos actuales de 3 nm, lo que equilibra el panorama a su favor.
Según los analistas, cada oblea de 2 nm (N2) mantendrá su precio en unos 30 000 dólares, el mismo valor que generó preocupación hace unos meses. La producción en masa comenzará a finales de 2025, y gigantes como Apple, Qualcomm y MediaTek ya están reservando espacio en la fábrica. Qualcomm, por ejemplo, utilizará el proceso mejorado N2P en su futuro Snapdragon 8 Elite Gen 6, demostrando que la carrera tecnológica no se detiene ni un segundo.
Sin embargo, el movimiento más interesante de TSMC es el aumento paralelo de precios en los nodos de 3 nm. Se espera que el N3E y el N3P cuesten alrededor de 25 000 y 27 000 dólares por oblea respectivamente. En otras palabras, incluso quienes no migren al nuevo proceso acabarán pagando más. Así, la empresa mantiene márgenes altos y empuja sutilmente a sus clientes hacia la próxima generación de chips.
Con aproximadamente el 90 % del mercado global de fabricación avanzada bajo su control, TSMC marca el ritmo de toda la industria. Algunos expertos creen que este dominio podría reavivar los esfuerzos de Intel por recuperar terreno, especialmente ahora que EE. UU. y Europa buscan reducir su dependencia tecnológica de Asia. No sería extraño ver un renacer de las fábricas occidentales si el precio de la innovación sigue subiendo.
Para el consumidor común, todo esto significa productos más caros, aunque también más potentes y eficientes. Los chips de 2 nm prometen mayor rendimiento, menor consumo y menos calor, una combinación irresistible para los fabricantes de móviles y portátiles. Los 30 000 dólares por oblea son una cifra que duele, pero quizá el precio inevitable de mantener viva la Ley de Moore. O como diría un viejo dicho: “si llueve gachas, saca la cuchara”.