TSMC está experimentando un gran auge gracias al aumento de la demanda de chips para IA, y sin duda es uno de los mayores beneficiarios de este crecimiento. La capacidad de la empresa taiwanesa para satisfacer la creciente demanda de chips de vanguardia, desde IA hasta empaques avanzados, la ha convertido en un actor clave en la industria tecnológica. Sin embargo, una nube oscura se cierne sobre este éxito: los aranceles de los chips por parte de EE. UU. podrían dañar gravemente las operaciones de TSMC.
A pesar de su impresionante crecimiento y liderazgo global, el futuro de TSMC podría estar en peligro si el gobierno de EE. UU. decide imponer aranceles a los productos de Taiwán, y el presidente Trump ha mostrado su apoyo a esta medida. Trump ha afirmado en varias ocasiones que Taiwán “robó” la tecnología de chips de EE. UU., y como parte de su campaña presidencial, ha presionado para imponer aranceles a los semiconductores taiwaneses. Esta postura de la administración podría tener consecuencias devastadoras para TSMC y toda la cadena de suministro que depende de Taiwán para los chips de última generación.
Para mitigar este riesgo, TSMC está invirtiendo grandes cantidades de dinero en EE. UU. La compañía ha prometido más de 100 mil millones de dólares para construir nuevas fábricas de chips y empaques, lo que haría de EE. UU. una base secundaria de producción, después de Taiwán. La idea es que la producción en EE. UU. podría ayudar a TSMC a evitar parte de los aranceles punitivos que podrían aplicarse a Taiwán. El Secretario de Comercio de EE. UU., Howard Lutnick, declaró recientemente que la decisión final sobre los aranceles dependerá del presidente Trump, pero las empresas que inviertan en la producción en EE. UU. podrían obtener tarifas más bajas. El principio es sencillo: si produces en EE. UU., los aranceles serán menores. Sin embargo, incluso con esta estrategia, un arancel del 10 % podría afectar gravemente la capacidad de TSMC para mantener su cadena de suministro y sus operaciones.
Los clientes de TSMC, como grandes nombres como Apple y NVIDIA, también se verían afectados por cualquier aumento de aranceles. Los costos adicionales podrían ser trasladados a los consumidores en forma de precios más altos, o las empresas tendrían que aceptar una disminución de sus márgenes. Con la fecha límite del 1 de agosto acercándose, cuando se planea que la administración implemente nuevos aranceles sobre los chips, TSMC y sus socios están esperando ansiosos la decisión final.