TSMC rompe récords y confirma que la inteligencia artificial es el nuevo motor de la economía tecnológica mundial. La Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC), el mayor fabricante de chips del planeta y socio clave de gigantes como Apple, Nvidia, AMD, Broadcom y Qualcomm, publicó sus resultados financieros del tercer trimestre con cifras históricas impulsadas por la explosión de la demanda de procesadores de IA.
Durante el periodo de julio a septiembre, la empresa registró una ganancia neta de 452.300 millones de nuevos dólares taiwaneses (unos 15.000 millones de dólares estadounidenses), lo que representa un aumento del 39,1 % respecto al año anterior.
Los ingresos crecieron un 30 %, superando las estimaciones de los analistas, que preveían alrededor de 417.700 millones de NTD según LSEG SmartEstimate. Con ello, TSMC reafirma su posición como el pilar más importante en la cadena global de suministro de semiconductores.
A pesar de los resultados extraordinarios, las acciones de TSMC (que cotizan en la Bolsa de Nueva York bajo el símbolo TSM) bajaron un 1,6 %, cerrando a 299,84 dólares. Sin embargo, los analistas de Morningstar restaron importancia a la caída, señalando que la demanda de chips de la compañía sigue siendo “imparable”. En su informe destacaron: “Con el dominio de TSMC en el mercado, incluso los aranceles sobre exportaciones a Estados Unidos tendrían un impacto mínimo. La demanda de chips para IA se mantendrá fuerte”.
Respaldada por esta tendencia, la empresa elevó sus proyecciones para 2025 y ahora espera que sus ingresos crezcan entre 30 % y 35 % en dólares. Además, confirmó un ambicioso plan de inversión de hasta 42.000 millones de dólares este año para ampliar su capacidad de producción y avanzar en la tecnología de 2 nanómetros, que será clave para la próxima generación de procesadores de IA y smartphones de gama alta.
Buena parte del éxito de TSMC proviene del auge de la inteligencia artificial. Clientes como Nvidia, AMD y Broadcom están produciendo enormes volúmenes de chips destinados a centros de datos y servicios en la nube. Estos contratos convierten a TSMC en la base invisible sobre la que se construye la nueva infraestructura global de la IA.
El director ejecutivo, C.C. Wei, expresó su optimismo: “La demanda de IA es incluso más fuerte de lo que anticipábamos hace tres meses. Nuestros clientes nos envían señales muy claras: necesitan más capacidad de producción”. Wei también afirmó que, incluso si las sanciones estadounidenses limitaran los negocios con China, el crecimiento del sector de IA seguiría siendo sólido gracias a la demanda global.
Hoy, TSMC no es solo una fábrica de chips: es el corazón tecnológico que impulsa la transformación digital. En un mundo donde la inteligencia artificial define el rumbo económico, la compañía taiwanesa se ha convertido en un actor indispensable que fabrica los cimientos del futuro.