El mercado de smartphones se prepara para un nuevo golpe de efecto: la serie vivo X300 llega con la intención de cambiar las reglas del juego. En los primeros benchmarks ya apareció funcionando con el nuevo chip MediaTek Dimensity 9500, desarrollado junto a ARM y optimizado para inteligencia artificial y fotografía avanzada. Su presentación oficial será el 22 de septiembre, apenas un día antes del Snapdragon 8 Elite Gen 5 de Qualcomm, lo que deja claro que vivo quiere pelear directamente con los grandes.
El gran atractivo, sin embargo, está en el procesador de imagen propio V3+.
Gracias a él, los X300 podrán grabar videos retrato cinematográficos en 4K a 60 fotogramas por segundo. Hasta ahora, ni los últimos iPhone ni los modelos anteriores de vivo pasaban de 30 fps en este modo. Para creadores de contenido y aficionados a la grabación, este salto significa mayor fluidez y un aspecto mucho más cercano al cine profesional. Como señaló Han Boxiao, se trata de la primera vez que tanto Apple como Android quedan atrás en este apartado.
La apuesta técnica va aún más allá: con un NPU optimizado dentro del Dimensity 9500, la serie X300 logra un seguimiento de enfoque y una respuesta del obturador en milisegundos. Esto abre la puerta a capturar escenas de acción, deportes o mascotas en movimiento con una precisión inédita en móviles. Y el modelo X300 Ultra promete ir todavía más lejos con dos cámaras de 200 MP, una primicia absoluta en el mercado.
Los resultados en pruebas de rendimiento también impresionan: más de 4 millones de puntos en AnTuTu, un récord que ningún otro smartphone ha alcanzado hasta ahora. Para ponerlo en contexto, la mayoría de los gama alta de 2024 se quedan muy por debajo. Combinando potencia bruta y mejoras de cámara, vivo puede transformar la percepción de su marca, de seguidor prometedor a verdadero referente del segmento premium.
No obstante, también hay críticas. Algunos recuerdan que lo “cinematográfico” siempre se ha asociado a los 24 fps, y citan la polémica de El Hobbit que dividió al público al apostar por mayor fluidez. Otros dudan si el efecto de desenfoque en retrato no terminará viéndose tan artificial como en el iPhone. Aun así, para la mayoría de usuarios, la promesa de mejor calidad y movimiento más natural en el día a día es un claro acierto. Además, el hecho de que vivo no se comercialice oficialmente en Estados Unidos puede ser hasta una ventaja para evitar las trabas políticas que suelen golpear a las marcas chinas.
Lo cierto es que vivo ya no busca ponerse al día: quiere liderar. Con un chip propio de imagen, alianzas con ARM y MediaTek y la valentía de experimentar con resoluciones y tasas de cuadro, la empresa apunta a marcar el ritmo de la industria. Mañana, la presentación oficial confirmará si estas promesas se cumplen en la práctica. La expectación, sin duda, es máxima.