Warner Bros. Discovery confirmó oficialmente que está considerando ofertas de compra luego de recibir “interés no solicitado de varias partes”. El gigante del entretenimiento, dueño de marcas icónicas como Harry Potter, DC, HBO y CNN, atraviesa otro momento decisivo en su historia corporativa. 
Aunque la compañía mantiene su plan de dividirse en dos entidades independientes – Warner Bros. y Discovery Global – para mediados de 2026, ha comenzado a analizar seriamente la posibilidad de vender parte o la totalidad de sus activos.
En una nota enviada a los inversionistas el 21 de octubre, la empresa anunció que inició una “revisión de alternativas estratégicas para maximizar el valor para los accionistas”. Esto significa que sobre la mesa hay desde una venta completa hasta acuerdos separados por división. La noticia causó revuelo, especialmente porque la fusión entre Warner Bros. y Discovery se concretó hace apenas dos años y todavía genera polémica por los recortes, despidos y decisiones cuestionables de gestión.
El CEO David Zaslav aseguró que el valor de la compañía “finalmente está siendo reconocido en el mercado”. Según él, WBD continúa fortaleciendo sus estudios, expandiendo HBO Max y reposicionándose como líder global. Sin embargo, muchos analistas lo ven como uno de los ejecutivos más polémicos de Hollywood. Sus decisiones – como cancelar películas ya terminadas o cambiar el nombre de HBO Max a “Max” para luego volver atrás – han sido blanco de críticas tanto del público como de los propios trabajadores del sector.
Uno de los nombres que más suenan como posible comprador es Paramount Skydance, que según informes estaría preparando una oferta para adquirir la compañía completa. De concretarse, sería una de las mayores operaciones en la historia reciente del cine y la televisión. Pero no todos celebran la idea: expertos y fanáticos temen que otra megafusión reduzca la diversidad creativa y dispare los precios de las plataformas de streaming. Para muchos, Hollywood se está convirtiendo en un tablero dominado por un puñado de gigantes.
El portafolio de Warner Bros. Discovery sigue siendo uno de los más potentes del mundo: franquicias como Superman, Batman, Minecraft y la multimillonaria Barbie mantienen su relevancia global. En televisión, HBO Max continúa siendo sinónimo de calidad con series como The Last of Us, The White Lotus y Peacemaker, además de los próximos spin-offs de Game of Thrones. En el ámbito de los videojuegos, la compañía controla estudios como Rocksteady, TT Games y NetherRealm, responsables de títulos como Hogwarts Legacy y Mortal Kombat.
Sin embargo, muchos seguidores consideran que Warner Bros. ha perdido su identidad. Desde la fusión con Discovery, las decisiones de la directiva han sido vistas como una búsqueda desesperada de rentabilidad a costa de la creatividad. La comparación con la compra de 20th Century Fox por parte de Disney es inevitable: menos estrenos en cines, más dependencia de franquicias y un mercado cada vez más homogéneo. La posible venta podría profundizar esa tendencia.
Para colmo, la empresa aumentó recientemente los precios de todas las suscripciones de HBO Max, lo que provocó enojo entre los usuarios. Si una venta llega a concretarse, muchos temen que los precios sigan subiendo y el contenido se vuelva aún más repetitivo. Aunque Warner Bros. Discovery asegura que “no hay garantía de que este proceso culmine en una transacción”, la sensación general es que el cambio ya empezó. Hollywood parece estar entrando en una nueva era de consolidación donde la independencia creativa se vuelve cada vez más rara.
El estudio que marcó generaciones – desde Gotham hasta Westeros – enfrenta un futuro incierto. Si Paramount, Sony, Amazon o alguna otra potencia termina comprando Warner Bros. Discovery, lo que está en juego no es solo una compañía, sino el alma misma de la industria del entretenimiento.