Microsoft lleva tiempo avisando, pero ahora ya es evidente: el corazón de la estrategia Xbox no es la consola, sino la nube. Xbox Cloud Gaming se ha lanzado oficialmente en India, uno de los mercados de videojuegos que más rápido crece en el mundo y que ya cuenta con cientos de millones de jugadores. 
Con este movimiento, el servicio de juego en streaming pasa a estar disponible en 29 países y consolida la idea de que para entrar en el ecosistema Xbox ya no hace falta tener una máquina física en el salón.
Además de India, Xbox Cloud Gaming funciona en Argentina, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Hungría, Irlanda, Italia, Japón, México, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal, Eslovaquia, Corea del Sur, España, Suecia, Suiza, Reino Unido y Estados Unidos. Es decir, una franja enorme del mapa global donde basta una conexión decente y una pantalla compatible para poder jugar a títulos de Xbox sin descargar ni instalar nada.
Para que eso no se quede solo en una promesa de marketing, la compañía ha tenido que reforzar su infraestructura. En América Latina, por ejemplo, Microsoft ha aumentado la capacidad de servidores en Argentina y Brasil después de registrar un crecimiento de doble dígito tanto en horas jugadas como en jugadores activos. Ese tipo de inversión se nota en cosas muy concretas: menos tiempo en cola para entrar a una partida, menos cortes en las horas punta y una experiencia más estable para usuarios que, en muchos casos, están probando el juego en la nube por primera vez.
Las cifras internas apuntan a que la nube ya no es un experimento, sino un hábito en expansión. Según Microsoft, los suscriptores de Game Pass han aumentado en torno a un 45 % las horas jugadas vía streaming respecto al año pasado. Incluso quienes tienen consola en casa se están acostumbrando a pulsar jugar y listo, en vez de instalar cada lanzamiento: el tiempo de juego en la nube desde la propia Xbox ha crecido un 45 %, y el uso desde otros dispositivos como portátiles, tablets y móviles ha subido alrededor de un 24 %. Para muchos usuarios, la nube es la forma cómoda de probar un juego nuevo, avanzar un poco en un RPG largo mientras están fuera de casa o esquivar descargas pesadas.
Una de las claves de ese crecimiento es que Xbox Cloud Gaming aparece en casi cualquier parte. El servicio funciona en consolas Xbox y ordenadores con Windows, pero también en teles inteligentes LG a través de la app de Xbox, en dispositivos Amazon Fire TV, en móviles y tablets, e incluso en gafas de realidad virtual como Meta Quest. Microsoft ya ha enseñado demos con Xbox Cloud Gaming integrado en el sistema de entretenimiento de algunos coches. Por ahora es más curiosidad que uso real, pero deja clara la intención: que Xbox se perciba como un servicio tan ubicuo como un Netflix de videojuegos, presente en la mayoría de pantallas que usamos a diario.
Al mismo tiempo, el modelo de negocio se ha ido moviendo. Durante bastante tiempo, la nube era un beneficio exclusivo del plan Xbox Game Pass Ultimate. Hoy, varios tipos de suscripción dan acceso al streaming, lo que convierte al juego en la nube en parte casi estándar del paquete y no en un extra de lujo. La idea de fondo es sencilla: la cuenta, la biblioteca y la suscripción son el centro; el hardware se convierte en una opción, no en un requisito.
Ese enfoque explica también la apuesta por el móvil. Microsoft prepara su propia tienda de juegos para competir de forma más directa con Apple y Google. El plan es que Game Pass y Xbox Cloud Gaming se sientan en el móvil como una versión más potente de servicios tipo Apple Arcade o Google Play Pass, solo que con el catálogo mucho más amplio de Xbox. Las normas de las plataformas y el escrutinio regulatorio han ido retrasando esta tienda, y se comenta que Apple ha puesto bastantes trabas, pero los analistas siguen apuntando a un lanzamiento en el corto plazo.
Mientras tanto, el catálogo disponible para streaming no deja de crecer. Cientos de juegos incluidos en Xbox Game Pass ya se pueden iniciar al instante desde la nube, desde pequeñas joyas independientes hasta producciones AAA. A esto se suman más de un millar de títulos adicionales que se pueden jugar si el usuario ya los tiene en su biblioteca digital, gracias a las opciones de jugar en la nube con juegos propios. Para quien le gusta experimentar, la nube se convierte en una forma rápida de probar géneros que nunca compraría a precio completo o de sumarse a partidas cooperativas sin perder una tarde entera instalando actualizaciones.
En el apartado técnico, la plataforma xCloud ha ido puliéndose a base de mejoras de resolución, estabilidad y latencia. El soporte para 1440p en determinados juegos y la optimización constante hacen que muchas sesiones se sientan sorprendentemente cercanas a jugar de forma local. Aun así, entre los jugadores más exigentes se sigue escuchando que NVIDIA GeForce NOW ofrece un punto más de calidad y respuesta. Esa diferencia se nota sobre todo en shooters competitivos y juegos de lucha, donde cada milisegundo importa, pero en aventuras para un jugador, estrategias o RPG por turnos, que son buena parte del catálogo de Game Pass, el rendimiento actual de Xbox Cloud Gaming resulta más que suficiente.
Mirando hacia adelante, uno de los rumores que más ruido generan es la posibilidad de un nivel gratuito de Xbox Cloud Gaming financiado con anuncios. Un modelo así podría enganchar a millones de jugadores que hoy no pagarían una cuota mensual, especialmente en mercados muy sensibles al precio como India o varios países latinoamericanos. Sumado a la expansión de países, a la integración de la nube en más planes de Game Pass y al posible desembarco de la tienda móvil de Microsoft, el panorama apunta a un cambio de pregunta para los jugadores: ya no se trata tanto de qué consola comprar, sino de en qué nube quieren seguir jugando mañana.