Los jugadores en Estados Unidos se enfrentan a otra subida de precios: a partir del 3 de octubre, Microsoft aumentará nuevamente el valor de varias consolas Xbox. El ajuste incluye la Series S, la Series X, la versión digital de la Series X y la edición especial Series X 2TB Galaxy Black. Los controles y auriculares no sufrirán cambios, y por ahora el alza se limita al mercado estadounidense.
Lo llamativo es que esta es la segunda subida en menos de un año, algo muy poco común en la industria, donde tradicionalmente las consolas se abaratan con el paso del tiempo.
La empresa argumenta que la decisión responde al “entorno macroeconómico”. En otras palabras: aumento de costos de producción, problemas en la cadena de suministros y, sobre todo, los aranceles impuestos en EE.UU. Analistas calculan que solo las tarifas añaden entre 45 y 90 dólares al precio final de cada consola. Que no se haya registrado un incremento en otras regiones refuerza la idea de que el problema está directamente vinculado a la política económica estadounidense.
El fenómeno tampoco se limita al hardware. Xbox ya subió este año el precio de Game Pass, Sony ajustó sus consolas en EE.UU. y Nintendo encareció accesorios tras lanzar la Switch 2 a 450 dólares. Los videojuegos también siguen la tendencia: aunque Microsoft descartó vender títulos a 80 dólares durante las fiestas, la industria está cada vez más cerca de normalizar ese umbral.
Para los veteranos, la situación es un cambio de paradigma. Antes, con solo esperar unos años, se podía conseguir la consola más barata; hoy incluso modelos con cinco años en el mercado son más caros que en su lanzamiento. Un jugador recuerda haber comprado la Series S en oferta por 200 dólares hace un par de años y ahora ve el mismo modelo a casi 400. Otros opinan que, con el mercado de GPUs estabilizándose, armar un PC vuelve a ser una opción más atractiva.
Detrás del movimiento también hay un cambio estratégico: Microsoft parece haber dejado atrás la práctica de vender consolas con pérdidas para recuperar ingresos a través de juegos y servicios. Ahora su apuesta está en las suscripciones y en la filosofía “Play Anywhere”. Con ventas de hardware en caída y la presión de Sony y Nintendo, muchos creen que Microsoft ya da por perdida la actual generación de Xbox y prepara el terreno para la próxima, con rumores de nuevas consolas y dispositivos paralelos como el ROG Ally X.
En conclusión, la época de esperar unos años para comprar barato se acabó. En 2025, tener una consola en EE.UU. empieza a ser menos un pasatiempo popular y más un lujo reservado para quienes pueden pagarlo.