El chip XRING de Xiaomi se queda estancado: las sanciones de EE. UU. frenan su avance hacia los 2nm
Xiaomi sorprendió al mundo con su chip XRING 01, fabricado con el proceso de 3nm de TSMC (N3E), una hazaña que marcó un antes y un después en su camino hacia la independencia tecnológica. Sin embargo, sus planes de evolucionar hacia los 2nm han sido golpeados por una realidad que poco tiene que ver con la tecnología: la política internacional.
Las sanciones impuestas por Estados Unidos prohíben la exportación de herramientas EDA (Electronic Design Automation), fundamentales para diseñar chips de 2nm basados en arquitectura GAAFET. Esto significa que Xiaomi, al igual que otras compañías chinas, no podrá acceder al próximo nivel de innovación si no consigue desarrollar sus propias soluciones.
Desde abril, TSMC ya acepta pedidos de obleas de 2nm, con un precio estimado de $30.000 por unidad. Apple, Qualcomm y MediaTek están entre los primeros en la fila. Xiaomi, a pesar de sus avances, está siendo excluida de este selecto grupo debido a las restricciones.
Ante este escenario, es probable que Xiaomi tenga que volver a depender de chips externos, como los de Qualcomm y MediaTek, cuyos nuevos modelos –Snapdragon 8 Elite Gen 2 y Dimensity 9500– se esperan este mismo año.
Pero esto también ha provocado una reacción: China está acelerando la inversión en herramientas EDA propias y maquinaria EUV nacional. El reto es inmenso, pero con miles de ingenieros y el respaldo del Estado, el gigante asiático podría llegar a competir en igualdad en unos años.
Existe además la posibilidad de que Xiaomi enfrente un bloqueo total, como ocurrió con Huawei. En ese caso, su única opción serían fundiciones chinas como SMIC, que aún no tienen la capacidad técnica para competir en procesos tan avanzados.
Mientras tanto, EE. UU. justifica estas medidas por motivos de seguridad nacional. Sin embargo, muchos analistas opinan que se trata de proteger su dominio tecnológico. La fabricación de chips es una cadena global: diseño en EE. UU., materiales en China, equipos en Europa y producción en Taiwán. Romper esa cadena afecta a todos.
Lo que está en juego no es solo el futuro de Xiaomi, sino el equilibrio del poder tecnológico mundial. Y todo indica que la carrera por el chip perfecto se decidirá tanto en laboratorios como en oficinas gubernamentales.
2 comentarios
La pelea por los chips ya no es técnica, es geopolítica pura
No es miedo a la seguridad, es miedo a la competencia real