En un giro inesperado, el segundo MMORPG de ZeniMax Online, con el nombre en clave ‘Blackbird’, ha sido cancelado después de siete años de desarrollo. Esta noticia llega en medio de una ola de despidos masivos en Microsoft, propietaria de ZeniMax Online, el estudio detrás del exitoso MMORPG Elder Scrolls Online. Jason Schreier, de Bloomberg, confirmó la cancelación y agregó que el proyecto era extremadamente ambicioso, involucrando a más de 200 desarrolladores.
El juego tenía como objetivo presentar una nueva IP, y su cancelación ha dejado muchas preguntas entre los fanáticos y los profesionales de la industria.
El juego, que estuvo en desarrollo durante varios años, iba a estar ambientado en un mundo de fantasía con opciones de diálogo ramificadas, similares a Star Wars: The Old Republic o Elder Scrolls Online. ZeniMax Online esperaba trasladar su enfoque a este proyecto cuando el ciclo de vida de Elder Scrolls Online llegara a su fin. Sin embargo, con su cancelación, toda la atención del equipo vuelve a centrarse en ESO, que sigue recibiendo grandes actualizaciones.
El proyecto fue dirigido por Ben Jones, un director creativo que había trabajado en juegos como Day of Defeat y H1Z1: Just Survive. Jones describió ‘Blackbird’ como el proyecto más emocionante y ambicioso de su carrera. También destacó los desafíos de crear un universo completamente nuevo desde cero, con un equipo que pasó varios años trabajando en ideas y tramas para darle vida a la visión del juego.
En cuanto al futuro, la cancelación de este proyecto ha generado preocupación sobre la dirección de la división de videojuegos de Microsoft, especialmente con otros títulos como Perfect Dark y Fable también enfrentando dificultades. Algunos especulan que Microsoft ahora está enfocada en sus franquicias principales, como Halo, Diablo y Call of Duty, dejando de lado proyectos más pequeños pero únicos como Perfect Dark y Hi-Fi Rush.
Si bien algunos fanáticos están decepcionados, otros creen que el enfoque en los juegos AAA es inevitable, especialmente con servicios como Game Pass que se benefician de las grandes franquicias. Sin embargo, la ausencia de juegos más pequeños y únicos podría dejar un vacío que solo los estudios más pequeños podrán llenar.